PRO-FILES. BIOGRAFÍAS

Lola Gracia

Pro-files es una serie de podcast que pretende acercar la vida y obra de personajes del siglo XX. Idea original, texto y voz de Lola Gracia con la producción de Joan Quintanilla. Este espacio está patrocinado por Caixabank Biografías como nunca antes te las habían contado read less
MúsicaMúsica

Episodios

Paco Rabal, el buen compañero
16-04-2024
Paco Rabal, el buen compañero
Rabal es Azarías y su Milana bonita. Es el torero Juncal y su gracejo a la antigua. Es el director de cine salido que acosa a las actrices desde su silla de ruedas en Átame Es Goya; es Ginés en Truhanes. Es Jorge en Viridiana, e Hyppolite en Belle de Jour. Más de 200 películas. Más de 20 participaciones en series televisivas. Pero, sobre todo, Paco Rabal era de Águilas. Nunca desaprovechaba ocasión para hacer bandera de su tierra, que abandonó a la edad de seis años. De padre minero y madre molinera, la familia buscó la prosperidad en Madrid. Paco fue un niño-adolescente que ya se ganaba la vida en la capital en oficios sin mucha pompa. Vendiendo golosinas primero y después en una fábrica de bombones. Por la noche se sacaba sus estudios en el Colegio Nuestra Señora del Recuerdo. Como mucha gente sabe, Rabal llegó al cine por la electricidad. Era ayudante de aquello de los cables y demasiado buen mozo para pasar desapercibido: enseguida hizo de extra. Rafael Gil le da sus primeras frases. En el 47 llega su papel protagonista en Sor Intrépida. Ese mismo año se enamora de Asunción Balaguer a quien conoce en la Compañía de Teatro Lope de Vega. Sus grandes valedores para estrenarse en las tablas son Dámaso Alonso, Luis Escobar y José Tamayo. Paco también fue Enrique III, Edipo y Julio César, entre otros muchos papeles. A Paco le costó mucho el oficio de la fidelidad. De hecho, la agencia de contratación que montó la familia Rabal se denominaba “Picaflor”. El actor asumía con naturalidad su defecto. Con la misma naturalidad se marchaba a rodar en inglés: Pero Paco ¿tú sabes inglés? No, pero tengo buena memoria. Buena es quedarse corto. La memoria de Paco siempre fue prodigiosa. Aliada perfecta para trabajar tantas décadas en grandes producciones. La de los 70, quizá, fue la más floja. El actor andaba medio acomplejado por la cicatriz que le dejó un accidente de coche. Él y Emma Penella volvían de alguna fiesta nocturna en un Mercedes. Era el año 1963. Lo primero que dijo cuando se miró al espejo: ¿Y qué voy a hacer ahora si soy actor? Pues lo que hizo fue de la necesidad virtud y ya es imposible imaginarle sin esa enorme cicatriz. El siniestro fue tremendo. Casi muere desangrado. No perdió un brazo gracias a la pericia de un doctor que recomendó Buñuel. Luis y Paco siempre fueron grandes amigos. Al final de su vida escribió poesía y un estupendo libro de memorias. El actor siempre tenía mil anécdotas y chascarrillos que recordar. En un documental les cuenta a sus nietos como llegaba a casa de madrugaba, levantaba a Asunción para que les hiciese un arroz a él y a sus amigos artistas. No contento con eso, levanta a los hijos: “No podían desaprovechar la ocasión de escuchar a personas tan inteligentes. Paco regresó siempre a la cuesta de Cos. Invitó a mucha gente del cine y se empeñó en que sus hijos disfrutasen la costa aguileña. Esos atardeceres, ese olor a mar que marca carácter. En el año 74 organizó la oposición frente a la instalación de una Central Nuclear en Marina de Cope. Lograron que se retirara el proyecto. Rabal siempre fue un hombre de izquierdas y pregonaba a sus hijos y nietos, que lo importante de esta vida es ser respetuoso con los compañeros de trabajo y de la vida. Por eso, quizá, todos lo querían y hasta la gran Asunción Balaguer soportó estoicamente sus correrías. A ella la conocí. A él también. De hecho, en una época sin móviles, tengo una foto con Paco en blanco y negro, que tomó algún compañero de la prensa. Paco era dicharachero, espontáneo, fiestero y un actor serio y riguroso que al final de sus días se convertía en sus personajes. Confiesa en alguna entrevista que vivió como Azarías mucho después que finalizase el rodaje de los Santos Inocentes. Paco, mal marido, grandioso actor, de voz sólida y grave, como el ronroneo de un gato, como el estertor en la madrugada. Murió volviendo a Burdeos donde pasó sus últimos días, quizá emulando a Goya. Acababa de recoger un premio en Montreal.
Mari Trini: una estrella en mi jardín
02-03-2024
Mari Trini: una estrella en mi jardín
Singular, culta, especial, rompedora, inteligente. Todo eso era Mari Trini, una cantautora de orígenes murcianos que ha triunfado mucho más allá de lo que sus paisanos sospechamos. Cuando llegó al mundo del espectáculo el panorama artístico de nuestro país lo ocupaban las folclóricas y las niñas monas. Faldas cortas y sonrisas Licor del Polo. Ella marcó un antes y un después. Junto con Cecilia, fueron mujeres que dejaron algo más que acordes e imagen. Hoy se ha convertido en un icono gay, incluso a su pesar porque siempre fue muy discreta, porque nunca quiso confesar de qué palo iba ¿Y por qué diablos habría de hacerlo? Sabemos que durante muchos años vivió con ella Claudette, quien fue su secretaria y compañera. Mari Trini nació en Caravaca y según los documentalistas, desciende del escultor e imaginero Salzillo. Su bisabuelo era nada menos que marqués de Peñacerrada e hijo de los marqueses de Beniel. Imagino que a ella esto ni le iba ni le venía. Quizá le proporcionó un entorno de acceso fácil a la cultura. Sin embargo, siempre fue mucho más lejos. Nació con un plus de creatividad y libertad que no se hereda, se cultiva. Si hay algo que marcó la crianza de la artista fue su nefritis crónica que la tuvo en cama desde los 9 a los 14 años. Aunque ya amaba la música. Se dice que a los siete había compuesto su primera canción. Desde su lecho ya se interesaba por la filosofía y leía complicados tratados de Derecho. Nada que ver con el modelo de jovencita de la época. Ella no era esa señorita tranquila y sencilla. Tras su enclaustramiento conoció a Nicholas Ray que le dio alas: foguéate mujer, que esto que vivimos aquí es muy rancio. Mari Trini, con su inglés, se fue a Londres y no de turista precisamente; colaboró en algunos programas de radio y ahí conoció a Paul Mc Cartney, Peter Ustinov, Marlene Dietrich. Allí nuestra cantautora comenzó a conocerse a sí misma y decidió lanzarse sin miedo a la aventura musical. Mari Trini también descubrió por esos años otras pasiones: los coches de carreras, la mecánica y el cine. Mari Trini decidió taparse el escote y salir con faldas largas y negras en televisión. La gente comenzó a inventar que lo mismo es que tenía una pierna ortopédica. Evidentemente, no, como se demostró más tarde en un reportaje de Interviú, donde aparecía ligera de ropa en el año 1984. No sólo eso, en los 70 se atrevía con letras osadas y reivindicativas: las mujeres debían ser libres, no supeditarse a los deseos y expectativas de los hombres. Eso, en una España donde la esposa necesitaba consentimiento del marido para sacar dinero de la cartilla era todo un atrevimiento. Escribió canciones de triángulo amoroso como Ayúdala, que fue sintonía de una exitosa telenovela en Radio Caracas. Y por supuesto, su Estrella en el jardín. Enigmática como ella misma. Durante los 70 y los 80, la cantante tuvo gran éxito en todo el mercado hispano hablante y también en el francés, pues versionó en esta lengua algunos temas conocidos de Jacques Brel y Aznavour. Al final de sus años invirtió todo su dinero en un disco recopilatorio de grandes éxitos con Los Panchos. La discográfica quebró y el empresario se largó con todo su patrimonio dejándola poco menos que en la ruina. El disco tuvo éxito mientras se distribuyó, que fue durante muy poco tiempo. Son épocas donde no existían las plataformas digitales. Mari Trini, con tantos disgustos, no estuvo muy bien de salud y aunque se le han hecho algunos reconocimientos en España y también en Murcia, quizá falta algo más. Algo que sí le debe esta región. Ya que no pudo dar ese último concierto que estaba preparando. Quizá, un homenaje con otros artistas interpretando sus canciones más famosas sería lo mínimo. Algo que todo el mundo pudiera disfrutar. La artista se fue un 6 de abril de 2009 por una complicación de su cáncer de pulmón. De sus letras, me quedo con esta: “el amor es como tierra que hay que arar y sembrar. Míralo al caer la tarde, que no lo vengan a pisar”.
Pablo Picasso: Minotauro primitivo
12-02-2024
Pablo Picasso: Minotauro primitivo
A Picasso le aterraba la muerte, sin embargo, vivió rodeado de ella y dejó un buen sembrado de cadáveres cuando abandonó este mundo. Uno de sus nietos bebió una botella de lejía y falleció. Su hijo Paulo también murió alcoholizado. Marie Thèrése Walter, la que fuera su amante más joven al inicio de su romance, se suicidó y también lo hizo la última mujer que compartió su vida, Jacqueline Roque. A Picasso le marcó hondamente la muerte de su hermana Conchita, siendo ambos niños. Le sumió en la tristeza el fallecimiento de su amigo del alma, Carlos Casagemas, que se quitó la vida, ante el desdén de Germaine. Esta se emparejaría después con Pablo. Sí, el artista tomó el estudio que ya estaba pagado por Carlos y también a la mujer que amaba el finado. La segunda de las mujeres-modelos importantes en su obra, Eva Govel “ma Jolie”, falleció víctima de un cáncer de pulmón a temprana edad. Pablo nació muerto en Málaga. O eso parecía. El humo de un habano puro le provocó la primera respiración. Rompió a llorar. Desde entonces hizo todo el ruido del que fue capaz. Egocéntrico, quintaesencia de lo español, con un amor imperturbable por lo novedoso, por las mujeres jóvenes y sobre todo por el arte. Por su arte. El único compromiso insobornable de Picasso siempre fue consigo mismo. Su apetito era insaciable. Todo era insuficiciente para él. Para el genio. Mostró la fealdad, el dolor y la barbarie como pocos y supo poner valor a su obra. Pongamos por caso, El Guernica. Este fue un encargo del gobierno de la República que, ya casi exangüe, se rascó el bolsillo. Aquella España que agonizaba le pagó 200.000 francos por la obra. Gracias a que alguien guardó el recibo se pudo traer la inmensa pintura del MOMA de Nueva York. Si no, allá estaría. Su afán en ser el mejor pintor del siglo XX, su competitividad extrema lo llevó a no desfallecer ni dudar ni un segundo de su enorme talento. Sin duda, fue el artista más rompedor desde el Renacimiento. Por el camino dejó esfuerzo, amistades y por supuesto, mujeres. Muchas mujeres. Las que conocemos, las que no. Su rutina diaria incluía el sexo y la pintura. En Pablo, resultaba increíble su fortaleza y vigor hasta bien entrada la senectud. No sólo por su furor en enturbiar y poseer la vida de jóvenes ingenuas, sino también por su gran capacidad de trabajo. El mismo se veía como un minotauro devorando niñas en alguna de sus pinturas. La pasión creadora y la pasión del sexo nacen de la misma raíz, explican los hindús. Picasso es el claro ejemplo. Un polvo, un arlequín. O una dama de Avignon. O la infinidad casi incontable de retratos a sus amantes, mujeres e hijos. La precocidad de Picasso le llevó muy joven a la exposición internacional de Paris con la obra de carácter clásico “La Comunión”. Pasó desapercibido. Regresó a la ciudad de la luz y se estableció como pudo. Ambroise Vollard le pagaba 150 francos al mes por toda la obra que fuera capaz de producir en ese tiempo. Fue importante en su consolidación como artista, Gertrude Stain. De su primera época es conocida la gran amistad con Apollinaire y cómo su secretario robó unos bustos ibéricos del Louvre que, misteriosamente, aparecieron en su casa. También estuvo en el punto de mira cuando, por aquella época, desapareció La Gioconda. Unas máscaras africanas le inspiraron para Las señoritas de Avignon. Un cuadro mítico que, de entrada, espantó a todo el mundo. Quería ser Matisse y no había forma. La reputación y el caché de Picasso subieron por las nubes cuando su cuadro de la etapa rosa “Familia de acróbatas”, se vendió por 12.000 francos. Tenía 32 años. Por aquel entonces conoció a Olga, su primera esposa, bailarina del ballet ruso. Picasso acabó hastiado de las aspiraciones aristocráticas de la mujer: “no soy un caballero”. Se quitó la pajarita para siempre. Después de Olga, vino la adolescente Marie Thèrése a quien mantuvo en clandestinidad durante siete años, hasta que dio a luz a su hija Maya. Entretanto apareció Dora Maar: hermosa, intelectual. Fotografió los bocetos del Guernica. También se cansó de ella. Apareció la muy sofisticada Françoise Gilot, también artista. La única con valor de abandonar al muy enfurecido Pablo. Quizá la única que tuvo una vida después del genio. Ha fallecido este verano de 2023. El legado de Picasso es y será infinito.
PEPA FLORES: matar a Marisol
27-01-2024
PEPA FLORES: matar a Marisol
Vive ya muchos años retirada del mundo. En un momento de su vida tuvo la lucidez y la valentía de escapar de las garras de un señor que era su dueño. Sí. Lo ponía un papel. Tenía un contrato a perpetuidad que firmaron sus padres, cuando Pepa Flores cumplió los 11 años. Su captor, Manuel Goyanes, la descubrió en un programa de talentos presentado por Tico Medina. Ella aparecía en un conjunto de coros y danzas. Goyanes, con indudable olfato, le tiñó el cabello, le aplastó los pechos y le cambió el nombre. Nada de Pepa. La convirtió en Marisol. Y esa niñita pizpireta y salerosa es la culpable de que tantas mujeres que nacieron en los 60 y 70 se llamen así. Pepa recuerda su infancia como muy desgraciada. Antes de la fama, la familia habitaba en un corralón malagueño junto con 50 familias más. Había dos letrinas para todos. El hogar era una habitación. Una vez en Madrid, pasó a ser parte de la familia Goyanes. Vivía como una niña adoptada. Sólo que Pepa no era huérfana. Los padres habitaban en una pensión humilde. Cuando la madre de Pepa la visitaba, entraba por la puerta del servicio y comía con el servicio. No con su hija. En aquella época, la niña Marisol se pasaba el día en clases de canto, de baile, de dicción. Haciendo sesiones de fotos y todas las promociones habidas y por haber. 1 película al año, 50 aviones al año. En unos especiales que publicó la revista Interviú en el año 1976 confesó haber sufrido abusos sexuales por parte de un fotógrafo. Goyanes lo sabía y lo dejó estar. También la llevaban junto con otras niñas de su edad, adolescentes en su mayoría, para pasear ligeras de ropa o semi desnudas en un local que había cerca de Las Ventas, lleno de señores mayores del régimen ¿A quién le puede hacer feliz algo así? Como otras niñas prodigio de la época trabajó a destajo. Luis Lucia la dirigió en hasta en cinco películas. Tenía tal estrés que le salió una úlcera de estómago y estaba. Tan abducida estaba que hasta se casó con el hijo de su mánager. Cuenta Lolita que, una de las pocas alegrías de Pepa, era poder bajar a su casa (vivían en el mismo edificio de María de Molina) para hacer cosas propias de su edad. Luego llegó Cabriola, dirigida nada menos que por Mel Ferrer, y un éxito y promoción internacional fuera de lo común. La niña Marisol se hizo popular desde los Estados Unidos hasta Japón. Sin mencionar todos los países de habla hispana que ya la conocían. Fue una artista internacional. Más incluso que Sara Montiel. Llegó a grabar una canción en el idioma del país nipón. Ahí entabló amistad con la misma Audrey Hepburn. Hubo alguien que la ayudó a romper ese contrato y Marisol se acabó. Pepa vivió intensamente y tuvo varios novios, entre ellos se cuenta que Joan Manuel Serrat. También se cuenta que Tu nombre me sabe a hierba se la inspiró ella. Apareció Antonio Gades y se enamoraron al instante. Pepa lo dejó todo para dedicarse a su vida personal. Los casó Fidel Castro en Cuba, pero aquello no tuvo un final feliz. Gades, un revolucionario del baile flamenco, tenía gran pasión también por las mujeres y, tras mucho darle vueltas, reconoció que tenía un affaire con una niña millonaria de Suiza. Una portada en no sé qué revista de la época acabó con su mentira. Pepa, con sus hijas y sus convicciones políticas y personales echó adelante. A sus 33 años ya sabía muy bien lo que quería y, sobre todo, lo que detestaba. Quizá ese valor le salvó la vida y la salud mental y física. Cuántos niños prodigio han muerto jóvenes. Pepa no está en las redes sociales, no la vemos en ningún sarao, ni siquiera fue a recoger su Goya Honorífico. Sólo salió a cantar una coplilla, en la presentación del disco de su hija Tamara. Pepa mató a Marisol por suerte para ella.
PRO-FILES. Freddie Mercury, Prima Donna en bigote
17-12-2023
PRO-FILES. Freddie Mercury, Prima Donna en bigote
Freddie Mercury fue un artista único, completamente original. Un intérprete ecléctico, vibrante de talento increíble que ya de niño era capaz de reproducir al piano lo que escuchaba por la radio. Su enorme confianza en sí mismo, a pesar su dentadura, le hicieron sentir siempre la estrella que era. No había dudas. Freddie o Farrokh —su nombre original, que significa afortunado— amaba el arte, la extravagancia y los excesos. Farrokh nació en Zanzíbar, su padre trabajaba allí para la administración británica. Cuando el país se independiza, los Bulsara tienen seis meses para salir de casa. Así, un joven de origen hindú, perteneciente a la casta Farsi, llega a Londres. Hubo algo que siempre estuvo con él: la música. En el internado hindú lideraba un grupo de cantores. Hacian esos juegos de voces que resuenan en los grandes temas de Queen. En el internado un profesor abusó de él. Le llamaban Boqui. Harto de las confusiones con su nombre, se cambió el Farrokh por Freddie. Freddie era artista y arte estudió. Su tesis versó sobre Jimi Hendrix. Cargaba maletas en Heathrow, trabajaba de camarero y vendía ropa usada en el mercado de Kensington. Es por aquella época cuando conoce a David Bowie. Mantendrán su amistad de por vida. Después tiene un primer encuentro con Tim Staffell, por entonces guitarrista del grupo Smile, que más tarde será Queen. Staffell deja la banda y Freddie irrumpe como un huracán. Lo cambiará todo para siempre. Creó el famoso logo de los rockeros, con el signo zodiacal de todos sus integrantes y un ave fénix que los ampara. El vestuario singular y las frikadas de uno de los mejores intérpretes del siglo XX, convirtieron a Queen en líderes de los conciertos en vivo. Su éxito fue difícil de gestionar en algún momento de sus vidas. El propio Mercury reconocería que actuaban como hombres de negocios y ya no tanto como artistas. Para alguien que se tomaba tan en serio su trabajo, que era tan meticuloso, el nivel de presión resultaba algo insoportable. Hacer giras ya no era divertido. Los últimos años, afectado ya por el SIDA, redujo su círculo de amigos a algo muy estricto y cerrado. Antes eras famosas sus fiestas. Para la promoción de un álbum de Queen, montaron una donde había por este orden y según se entraba: enanos hermafroditas con bandejas de coca atadas a la cabeza, camareros desnudos, modelos luchando en piscinas rebosantes de hígados de cerdo. Un degollador de pollo profesional, servicio de felaciones gratuito, encantadores de serpientes, tragafuegos, strípers trans, mujeres que fumaban por la vagina, contorsionistas. Se gastaron más en la fiesta que en la producción del disco. Así era Queen y su bigotuda reina gloriosa. Incluso Lady Di se refugió en Freddie una temporada y acudía a las fiestas escondida tras gafas de sol y pelucones imposibles. Queen triunfaba en todo el mundo. Freddie también en su carrera solista: grabó cuatro temas con Michael Jackson, una experiencia nefasta. Compuso para Metrópolis de Fritz Lang (Love Kills). Cumplió su sueño de actuar con el Royal Ballet. Por supuesto, imprescindible ese Under Pressure con David Bowie. Luego vino lo de Caballé y Barcelona. Los famosos 20 minutos en el Estadio Wembley unieron a la banda, que andaba algo dispersa y molesta. Esta vez fue para siempre. El famoso biopic miente en algunos aspectos. La actuación de Live Aid fue en el 85 y a Mercury no le diagnostican SIDA hasta dos años después. Inexactitudes innecesarias. El diagnóstico mortal le ayudó a preparar su marcha con todo lujo de detalles. Compuso nuevos temas, actuó, dejó grabada su voz para el álbum Innuendo. Con un deterioro físico evidente, grabó los video clips. Sus últimos días los vivió acompañado de sus cinco gatos y su novio, que trabajaba como jardinero para no hacer pública su relación. Tras su muerte, legó gran parte de su fortuna y viviendas a la que fuera su “esposa” Mary Austin. El destino de sus cenizas se desconoce. Mercury temía que fuesen profanadas por los fans. La religión profesada por los padres, el Zoroastrismo, acabó con muchas de sus posesiones materiales, fueron, sencillamente, destruidas. De milagro quedó una colección de sellos y el éxito sin parangón de Queen, incluso por delante de los Beatles. Su Grearest Hits sigue siendo el disco más vendido en Reino Unido. La reputación de Freddie creció tras su muerte. Hay un asteroide con su nombre y queda la Mercury Phoenix Trust, que apoya económicamente a los enfermos de SIDA.
Concha Velasco: Pasión inagotable
30-10-2023
Concha Velasco: Pasión inagotable
Pasión inagotable Hay personas destinadas a permanecer en el imaginario colectivo de un país. Es el caso de Concha Velasco. Una mujer que siempre ha estado ahí: en la pantalla, en los escenarios, en la tele. Con una sonrisa incombustible y una juventud interior que la ha acompañado siempre. Tenemos a la Concha de Las chicas de la Cruz Roja, junto al gran Tony Leblanc. A la chica ye-yé; un papel asociado a la canción que tarareamos de memoria y que en los 90 volvió a grabar. Hizo de esposa y madre en las comedias de los 60 con Landa y López Vázquez. Trabajó con los Ozores. De hecho, asegura que gracias a ellos vio salir agua de un grifo, “incluso caliente”. Eran los grandes empresarios del show bussines español Concha también ha sido presentadora sobresaliente en programas como Encantada de la vida o Sorpresa, sorpresa. Y ha protagonizado series donde todavía sobrecogen sus actuaciones como aquella Santa Teresa de Jesús. Y el teatro. Cómo no. Siempre el teatro. Su gran pasión, en el que se ha dejado muchas horas, esfuerzo y todo el dinero que ha ganado. También podemos tararear de memoria Mamá, quiero ser artista, aunque no hayamos visto la obra en directo. Concha Velasco ha gozado siempre de una enorme popularidad y éxito. Es una persona locuaz y encantadora, aunque a veces se confiesa un poquito insoportable porque es excesivamente perfeccionista y disciplinada. Ese afán de perfección la lleva a ir siempre maquillada, aunque no salga de casa. A ponerse un pijama bonito para dormir. La actriz es tan cercana y tan natural que se desnuda en las entrevistas “Soy la que mejor hace las escenas de amor porque me las creo ¿Has visto lo bien que me acuesto con todos?” Concha tuvo una madre profesora y republicana y un padre militar y franquista. Así son las cosas. Muy pronto vivió en Madrid y compaginó sus estudios de danza española y clásica con trabajos de bailarina. Pertenece a esa generación de la posguerra donde se comía lo justo y había que trabajar en casa para ayudar a la economía familiar. La generación de nuestros padres. Uno de sus primeros compañeros de profesión fue José Sacristán con el que ha compartido hasta la cama. Eran prácticamente dos niños. Sacristán actuaba a cambio de dos pesetas y una botella de agua. Ambos sueñan con repetir “Yo me bajo en la próxima ¿Y usted?” que también fue llevada al cine. Tuvo relaciones importantes. El productor José Luis Saénz de Heredia fue el primero. Un hombre casado. Juan Diego figura entre sus amoríos y luego llegó el padre de uno de sus hijos, el director de fotografía Fernando Arribas. Hizo algo arriesgado en aquel momento: decidió ser madre soltera. Ella misma asegura que estuvo muy enamorada de Manolo Escobar. Después llegaría Paco Marsó. Su gran y terrible amor. Son lamentables algunos programas donde él destripa sus malos ratos y la pone a caer de un guindo. Algo que ella no hizo jamás. Todo son buenas palabras para su ex, con el que compartió su pasión por el teatro y exitosos proyectos como Carmen, Carmen. Verla en una residencia de ancianos o pachucha como está en un hospital se nos antoja imposible porque Concha Velasco es esa mujer de largas piernas que trabajó como vicetiple con la gran Celia Gámez. Es la que se quedó en pelota picada en París-Tombuctú, con los cincuenta cumplidos, porque quería rodar con Berlanga. Una mujer estupenda a la que nunca se la ha visto flaquear. ”Si tengo un mal día, no salgo”. Concha superlativa, súper ocupada; con tantos trabajos y apariciones públicas en los medios que se pierde la cuenta. Dicen que se rompió de amor con Marsó. Que le fue infiel con el juego y con otras mujeres. Que anduvo deprimida. En 2019 saldó deudas con Hacienda y vendió su casa. En 2020 estrenó La habitación de María. Su último trabajo escrito por su hijo. En septiembre de 2021 hizo su última representación. Velasco ha vivido con pasión y le ha puesto el mismo interés a un anuncio de compresas que a La metamorfosis de Ovidio. Una pasión envidiable que habría que embotellar y patentar.
Todas las caras de Evita
07-09-2023
Todas las caras de Evita
La historia de Eva Perón, Santa Evita, es infinita. Más de 50 biografías y una ópera rock manifiestan la huella de sus 33 años de vida. Su cuerpo momificado descansa bajo tres planchas de acero a ocho metros bajo tierra en el cementerio de La Recoleta. La historia de su cadáver dando tumbos por Argentina y Europa, ha sido materia de realidad- ficción de primera. ¿Por qué la figura de esta actriz, radiofonista y política ha dado y da tanto de sí? Odiada y amada con fervor, la historia cambia, según quien te la cuente. Evita es la quinta hija bastarda de Juana Ibarguren y Juan Duarte. El fulano tenía una familia oficial y la otra. Cuando el padre fallece son expulsados hasta del techo que les cobijaba. Doña Juana, hecha un brazo de mar, se presentó con sus vástagos en el velorio. Con los mismos arrestos, colocó a Evita con el cantor de tangos más famoso de la época: Agustín Magaldi. Los favores sexuales la llevaron a Buenos Aires y a una pensión de mala muerte, donde el cantor la visitaba. No la ayudó lo más mínimo. Las fotos de una joven Evita nos la muestran flacucha, morena, con esa mirada salvaje de “aquí estoy yo y nada ni nadie se interpondrá en mi camino”. Así fue. Todo son lagunas en esos primeros años. Se dice que bailaba con desconocidos a cambio de lo que fuera. Quizá lo de bailar incluso sea incluso un eufemismo. También circula por ahí una hija de Evita, de la que se deshizo nada más nacer, dejándola a un compañero actor. La joven Eva se coloca en las radionovelas. Le daba para sobrevivir. Después vino el cine. No. Evita no era Sarah Bernard, ni la Xirgú, ni falta que le hacía. Ocupó su discreto lugar y prosperó. En estas que conoció a Perón. Unos dicen que fue un 17 de enero de 1944. Otros que en el Festival celebrado en Luna Park para ayudar a los damnificados por el terremoto de San Juan. Sea como fuere, Perón se enamoró de ella. Era distinta. Tenía garra, piquito de oro, buen físico y cierta sed de venganza. No olvidaba las afrentas sufridas por ser una hija bastarda. Los milicos fuerzan a Perón para que la abandone. Se niega. Lo secuestran. Ya se las prometía muy feliz y tranquilo con su amor, lejos de la patria, pero, el pueblo pidió su restitución con una manifestación multitudinaria. ¿Qué hilos movió Evita con los sindicatos esos días? No lo sabemos. Lo cierto es que Perón volvió a ser presidente y ella su primera dama. Ya estaban prometidos. Evita logró mucho en apenas seis años. Era corajuda. Para empezar, Perón eliminó el servicio de beneficencia, regentado por las oligarcas argentinas, que impidieron a Eva ser la presidenta. Es muy joven, decían. Nace la Fundación Eva Perón. Nada de limosnas recogidas por los infantes. Dinero del estado para los más pobres. Sus acciones en pro de los descamisados — o sus grasitas, como los llamaba ella— le generaron el amor infinito de su pueblo, que no se cuestionaba sus abrigos de pieles ni sus peinados rococós. Con el tiempo, su imagen se simplificó. Faldas rectas de tubo y camisas con chaqueta. Un moño bajo de su pelo tintado, completaban el look. Evita también puso en marcha el partido feminista peronista. Ahí le dio donde más dolía a las auténticas pioneras del feminismo en Argentina. Pero, claro, ellas no estaban casadas con el presidente. Perón la mandó de gira por Europa. Franco la recibió en olor de multitudes. Argentina había donado 400 mil toneladas de trigo a los hambrientos españoles de la posguerra. ¡Ay! Su visita a España fue una pesadilla para los habitantes de El Pardo. Era ingobernable. Se paseaba por los barrios pobres —con sus martas cibelinas en pleno mes de agosto, eso sí— cosa que molestaba mucho al generalísimo. Fue más allá. Franco tuvo que indultar a la comunista Juana Doña, que iba directa al garrote. Evita amenazó con llevarse todos los víveres. La collares explotó: “invitadas en esta casa nunca mais”. Fallecida Evita, fue nombrada jefa espiritual de la nación y embalsamada con mimo por el doctor Ara. Tras quince días de pompas fúnebres y pintadas de los milicos (¡Viva el cáncer!), deciden trasladar el cuerpo de “La señora” a la Confederación General del Trabajo de la Argentina. Evita era Blancanieves en su urna de cristal. Y aquí se acaba esta historia. Otro día contaremos la otra. La de su vida después de su vida. Las azarosas horas vividas por el cadáver de Evita resultan increíbles. Nos quedamos en la CGT donde su cuerpo reposaba. Parecía una muñeca en su urna de cristal, como Blancanieves. El doctor Pedro Ara estuvo un año remodelando y trabajando ese embalsamamiento para que durase una eternidad. Cuando ya lo tenía finiquitado sucede el golpe militar. Perón sale por piernas y la señora queda al cuidado de Ara ¿Por qué? Porque sí. Los militares deciden convertir a Evita en una muerta más. Con esa perfección corporal y envuelta en un sudario franciscano, era un símbolo de esperanza para los contrarios al régimen. Crean seis o siete féretros con destinos indistintos. Sólo uno lleva el cuerpo. Según la novela y la serie Santa Evita, en los otros féretros había esculturas idénticas al cadáver de Evita. El general Aranguren da la orden que ejecuta el general Moori Koëning, quien se obsesiona con ella. Decide que nadie va a poner sus sucias manos en la doña: “es mía”. Decide por su cuenta y riesgo quedársela. Le pide al general Anandía que la guarde en su casa. Un fatal accidente hace que mate a su mujer embarazada mientras ella curioseaba en el desván. Quería saber a qué venía tanto secretismo. Por lo visto, Anandía, se pasaba las horas encerrada con la muerta. Luego se la llevan a la parte posterior de una pantalla de cine. En un cuartucho viven el proyeccionista y su hija, que abre el cofre y encuentra el perfecto tesoro: ¡una poupée gigante!. Finalmente, el general se la queda en un despacho contiguo al suyo. Pone el féretro en posición vertical. Exhibe el cadáver como si fuera un trofeo y parece ser que a solas hacía otras porquerías. Acabó alcoholizado, completamente loco por ese cuerpo inerte y, al fin, destituido. Le sucedió un furibundo antiperonista, el inspector Cabanillas, quien aseguró en varias entrevistas que, por mucho que odiase a Evita, más detestaba el trato anticristiano que había sufrido “la señora”. Sabía que la resistencia peronista seguía el cuerpo de su adorada heroína donde estuviera. En la puerta del infecto despacho donde la tenía escondida Köening, aparecían velas y flores. Cabanillas llega a un acuerdo con el Vaticano el cuerpo viaja a Italia, bajo el nombre de María Maggi de Magistris. Durante 14 años, Evita reposa en un cementerio de Milán. Nadie, ni su propia madre, sabía de este paradero. Curiosamente, la señora Pina le llevaba flores todos los días, previo pago. ¿Sabía acaso quien reposaba allí? Pues no, no lo sabía. En Argentina, el peronismo resurge de sus cenizas y como prueba de buena voluntad y para que los jóvenes no la armaran más gorda, el entonces militar en el poder, Lanusse, pone en marcha la operación “devolución”. Un coche llevará los restos de Evita hasta el elegante chalet de tres plantas de Puerta de Hierro donde reside Perón en el exilio. Le acompaña su nueva esposa, Isabelita. Tres años pasa el cadáver embalsamado ocupando un lugar principal de la casa. Se cuenta que Isabelita, junto con el brujo José López de Rega, realizaban rituales con el cuerpo de la doña para que se le traspasase el carisma de ésta a la nueva esposa de Perón. No parece que la cosa diese mucho resultado. Pobre Evita. No había forma de que a dejasen descansar a gusto. Perón regresa a Argentina en 1973, gana las elecciones. Los argentinos querían a la compañera Evita de regreso. Los peronistas secuestraron el cadáver del ya fallecido Aramburu. Lo devolvían a cambio del regreso de su amada líder. Un fiambre por otro, vaya. Antes de eso, el cuerpo de la primera dama fue debidamente restaurado, pues se revelaron hasta 35 lesiones. Las plantas de los pies destruidas, oreja y dedos cortados y otras cosas, que, para qué mencionar. Total, que hasta el 74 no llegó Eva Perón a su última y definitiva morada. Evita está enterrada en el panteón familiar de los Duarte, y en el más oligarca de todos los cementerios de argentina: La Recoleta. Su cuerpo yace a ocho pies bajo el suelo, la protegen tres planchas de acero, con sendas contraseñas, para evitar que se juegue más con el cuerpo de la “abanderada de los humildes”
Miguel Hernández, la voz del pueblo que le traicionó
10-07-2023
Miguel Hernández, la voz del pueblo que le traicionó
Lo más triste de la muerte de Miguel Hernández es que los suyos fueron implacables con él. Su padre, que siempre consideró que se merecía su destino por ser tan rojo. El cura “amigo” Luis Almarcha, que le regaló sus primeros libros y que nunca pudo perdonarle su cambio de rumbo. Su opinión diversa. Su activismo limpio, sin intereses, desapegado, bravo, valiente. Muy valiente. Almarcha fue implacable contra Miguel. El poeta no cedió al chantaje. Ni boda por la iglesia, ni renegar de sus ideas. Que los tuyos te dejen morir en tu misma tierra en una mazmorra fría y comiendo poco y menos, debe ser terrible. Él, que siempre confió en la bondad de los señoritos de Orihuela que jamás le apoyaron lo más mínimo. Él, que con ese talento brutal es todavía capaz de erizar la piel con palabras.. Versos que todos comprenden, que llenan de colores nuestra cabeza. Que tienen el perfume de la sangre y los limoneros. Esas palabras insobornables cuando abrió los ojos y decidió que no quería participar en la injusticia que relegaba a los pobres. Se acercaba a los miserables, peleaba por ellos, cuando él era un chico de familia con cierto poderío económico, al que no le habría faltado de nada de haber seguido la corriente. Miguel era tan auténtico que sólo Pablo Neruda entendió y respetó su ser genuino, su amor por la naturaleza, su orgulloso provincianismo. Su ser de pueblo. La voz del pueblo. Ese pueblo que entiende sus versos, así pasen los siglos. El oriolano se llevaba fatal con Lorca, que nunca dejó de verle como un cateto. Tampoco hacía buenas migas con Alberti. Niños bien de izquierdas que defendían su ideología, sí, pero a los que no encontrabas en el frente. Miguel, sí, Miguel estuvo en las trincheras. Consecuente siempre, irrumpió en el edificio de la Alianza, donde estaban de sarao muchos de sus correligionarios. Celebraban el II Congreso de los Intelectuales para la Defensa de la Cultura. A voz en grito les dijo: «Aquí hay mucha puta y mucho hijo de puta». Maria León, ofendida, le dijo que si tenía valor de gritarlo aún más alto y, ni corto ni perezoso, lo escribió en una pizarra. O eso aseguran los cuenta- anécdotas. También explican que la mujer de Alberti le dio tal torta que lo tiró al suelo. Pienso en Miguel como esa persona que se despoja de todo, de sí mismo, de su propia supervivencia, en pos de un ideal, de mejorar la vida de los otros. Miguel tuvo mala suerte. Mucha. Todo le costó un imperio. Que le hiciesen cierto caso los rapsodas de la capital. Que sonase su voz en los cafés y las tertulias literarias. Escapar de la muerte fue imposible. Lo detienen camino de Portugal porque llevaba un reloj de oro. Un reloj suyo que desentonaba con su ajado atuendo y la mugre del refugiado. Ese reloj fue un regalo de Vicente Aleixandre el día de su boda y lo vendió tras largas jornadas de huida a pie. Miguel iba en esparteñas. Quizá con ese dinero podría comer dos o tres días más, pero fue el comprador de ese objeto quien le delató. Y ya no hubo marcha atrás, ni amigo que pudiera echarle una mano en esas circunstancias. Salazar sabía que era un huido de Franco y lo extraditó de inmediato. Tenía 29 años. Lo que sigue después es oscuridad. Celdas frías y algunos de sus mejores poemas, como las Nanas de la cebolla. Un conmutar la pena de muerte, en un acto de “graciosa generosidad del caudillo” a cambio de una boda eclesiástica. Un querer convencerle de que tenía que cambiar de opinión, que dejase de ser tan terco. Que se iba a morir si no salía de la cárcel Miguel no fue un refugiado. No hubo manera. Ojalá hubiese visto crecer a su hijo. Ojalá otros poemarios acompañasen su obra. A las cinco de la mañana de un 28 de marzo, Miguel murió. O lo murieron. Y nada pudo cerrarle los ojos. Fue un cadáver de ojos abiertos. Los ojos y la visión de Miguel inspiran cada día a miles de personas. Este 2022 se cumplen 80 años de su muerte y el pasado 30 de octubre, el 112 aniversario de su nacimiento.
Billie Holiday, esa fruta extraña
03-07-2023
Billie Holiday, esa fruta extraña
Billie fue una hija no deseada Cuando nació, su madre —Sadie Fagan— contaba con 13 años. Su padre, 15. En origen la llamaron Eleanora. Como todo en la biografía de esta gran artista, hasta los orígenes son difusos y controvertidos. Porque el padre oficial no era Clarence Holiday, guitarrista y bajista de jazz. En su partida de nacimiento aparece la figura del caucásico Frank De Viese. Sea como fuere, la niña se cría prácticamente sola. A la progenitora le viene grande tal responsabilidad. El padre se marcha con su banda de músicos. Billie andaba en compañías poco recomendables y con familiares que no querían saber nada de ella. La cantante siempre fue un alma libre. No iba a sus clases y a nadie le importaba. A los 9 años, un tribunal la envía al correccional católico del Buen Pastor. Lo único en claro que sacó de allí fue lo de cantar. La devuelven con su madre y un desconocido la viola. De vuelta al correccional. Allí pasará dos años más hasta se escapa y se marcha a Nueva York. La aún joven Eleanora friega escaleras y hace recados en burdeles. Parece ser que fue forzada a ejercer la prostitución, o quizá se hartó de matarse a trabajar por dos dólares al día. Pronto lo deja y busca trabajo como bailarina en los clubes de jazz de Harlem y ahí será cuando se convertirá en Billie Holiday. Aunque lo del baile no era exactamente lo suyo. La joven vive en una encrucijada histórica única. Su vida es coetánea a la Ley seca, la revolución del jazz, el renacimiento de Harlem y los primeros dolores de parto del movimiento civil afroamericano. Ella se suma a la gran migración de afroamericanos del Sur, donde sufrían terribles discriminaciones, y a los afrocaribeños. En ese caldo se esponja Billie, que enamora con su voz en los clubes de venta ilegal de alcohol y que se convierte en una artista demandada. Su fraseo perfecto, su forma intensa y vívida de decir las canciones han inspirado al mismo Frank Sinatra. Cantaba intenso, porque su vida lo era. Si alguien sabía que era la pena y el abandono, era ella. A fiestera tampoco le ganaba nadie. Parece ser que el productor John Hammond la escucha en el club Monette’s y la junta con Benny Goodman para hacer su primer disco. Los éxitos y las giras no se hacen esperar. Cuando sale fuera de Nueva York sufre el apartheid y descubre a esa extraña fruta: sus hermanos negros colgados de los árboles, víctimas de los linchamientos. Por esa época, el judío comunista Abel Meeropol, escribe estas letras: “los árboles sureños dan una fruta extraña. Sangre en la hojas y sangre en la raíz. Cuerpos negros balanceándose en la brisa del sur, extraña fruta colgando de los álamos”. Él lo titulará fruta amarga pero pasa a la historia de la música en la voz de Billie Holiday. Los amoríos de la Billie eran duros y algo masoquistas. Con los hombres tenía el amor, con la mujer, el placer. No se privaba de nada. Se rumorea que una de sus amantes fue Tallulah Bankhead, algo que la actriz desmintió. La que sí pasó por su cama fue Louise Crane, una niña bien de Nueva York, ennoviada con la escritora y poeta Elizabeth Bishop. Un día, sus adoradas Louise y Billie compartieron lecho y ella las pilló. Louise, enloquecida y fan, le buscó bolos a la gran cantante en galerías de arte y cafés selectos. En uno de esos lugares se estrenó Strange Fruit. La cantante se convirtió en abanderada de los derechos civiles por popularizar esa canción que relataba lo que era una realidad terrible. De entre todos sus amores tóxicos, hubo uno que le complicó especialmente la vida: la heroína. El FBI la tenía enfilada por subversiva y la detuvieron en varias ocasiones por posesión de narcóticos. De hecho, murió esposada en su cama, víctima de una cirrosis hepática Billie, Eleanora, sobrevivió 44 años. Es un misterio como alguien con tan escaso registro vocal y con todo en contra pudo llegar tan lejos. Su singular voz y su gardenia blanca en el pelo serán por siempre eternas.
Tina Turner: Diosa y Fénix
11-06-2023
Tina Turner: Diosa y Fénix
“Hola, soy Tina Turner. Sólo llevo 36 centavos y una tarjeta telefónica pre-pago, pero si me alquila una habitación, le prometo que se lo devolveré” Tina, Anna Mae Bullock, se presentaba ante el gerente del Ramada Inn en Dallas, con el rostro ensangrentado y la dosis suficiente de valor para escapar de aquel que la tuvo muerta en vida durante 16 años. Nam myoho renge kyo fue su mantra liberador. El budismo y su coraje nos la devolvieron porque Tina Turner nos pertenece a todos. Ave fénix que rompió sus cadenas. Si Dios existiese sería Tina Turner. Su sonrisa en la adversidad, sus piernas largas, su energía incomparable. Icónica, magnífica. Ser referente de superar un abuso tan brutal la obligaba a escarbar una y otra vez en su pasado. Y lo odiaba. Estaba harta de la sombra de Ike, hasta que finalmente llegó la aceptación y el perdón. No bastó un libro de memorias para que dejasen de preguntarle por el lado más oscuro de uno de los pioneros del rock. Anna sintió vergüenza durante décadas por la violencia sufrida. Las agresiones son inimaginables. Mucho peor de lo descrito en el biopic sobre su vida. Tina contó a Rolling Stone que Ike la violaba con una percha. Que sentía incluso lástima. Sabía que la necesitaba. Ella prometió no dejarle tirado. Su hijo Craig describía las noches en que el monstruo arrastraba a su madre al dormitorio y, sin venir a cuento, le daba unas palizas monumentales. Un día le arrojó café hirviendo. El resultado: quemaduras de tercer grado. Tina estaba sola. Sus hijos eran su única alegría. Hasta que no aguantó más y se vació en un frasco de somníferos. Los dedos de Ike la hicieron vomitar. La pequeña Anna creció en los campos de algodón de Nutbush (Tennessee). Su padre también la golpeaba. La madre la abandonó sin mirar atrás. No le mandaban dinero. No regresaron por ella. Cuántas veces Tina se miró al espejo sin maquillaje, con su pelo encrespado y se preguntaba ¿Qué tengo yo de malo? ¿Por qué nadie ve mi belleza? Una vez liberada, Tina Turner, se llevó su nombre artístico como único “botín” del divorcio y fue escalando los peldaños de su nuevo “yo” con tesón y esfuerzo. Había que dar de comer a sus cuatro hijos. Tina participaba como concursante en programas de televisión, acompañaba a Cher en algún especial musical o era figurante en el Show de los Brady. Después vinieron los espectáculos de Las Vegas, donde aún lucía su pelo largo. Se sentía a salvo, pero estancada. Ella quería más. Convenció a Roger Davis para que fuese su mánager. No fue fácil. Sobre todo, cuando Tina le dijo que quería ser como los Rolling Stone. La propia cantante confesaba que en la cara de Davis podía leer: ¿Dónde vas con tu edad? Pero no se achantó. Él supo ver la enorme garra de Tina, su sexualidad y su puesta en escena salvaje. Una fuerza de la naturaleza. Las hermosas cicatrices de la superviviente. Una diosa de sonrisa infinita, de confianza infinita, que enseñó a bailar al mismo Mick Jagger. Los dueños de Capitol Records no quisieron grabarle un disco “a esa vieja negra y estúpida”. Con casi 50, será Reino Unido el lugar de su refundación. Donde siempre confesó sentirse como en casa. Al principio, le disgustaba What’s love got to do? Pero un arreglista hizo la magia. El disco Private dancer se grabó en dos semanas y vendió 20 millones de copias. Poco después, Tina cumplió su sueño de actuar en estadios repletos de gente. En Río llegó a congregar a 186.000 personas. Un día conoció a Erwin Bach y se enamoraron al instante. Cuando llevaban 27 años juntos, decidieron casarse. Juntos y dichosos hasta el pasado jueves. Tina se nacionalizó Suiza y vivió en una preciosa mansión frente a un lago. Volvió en 2019 a Estados Unidos para despedirse de su público. No sé qué tenía Tina Turner, pero siempre que la veo en escena, me digo: yo quiero de eso. El loto más hermoso es el que nace del fango más profundo y oscuro. Así le sucedió a la acid queen, Tina Turner. Te adoramos por siempre.
Todo sobre Almodóvar
21-05-2023
Todo sobre Almodóvar
Almodóvar es extenso y concreto. Su universo no se acaba nunca: relaciones entre mujeres, personajes desubicados, hospitales y fármacos. El deseo y sus consecuencias. La obsesión del hombre por la carne. Obsesión violenta. Ha conquistado el mundo desde su profundidad y su frescura. Su evolución ha sido tan alucinante que cuesta reconocer a un joven Pedro, entrevistado por Pablo Lezcano. Un Pedro que se desentendía de la movida, que confesaba no recordar su infancia, pero luego describía minuciosamente la llegada de su padre, que era arriero, y transportaba pellejos de vino untados de la negra pez. Y les contaba sus historias por Sierra Morena. Pedro sentía épica admiración. A Lezcano le dijo que era celosísimo y muy posesivo ¿Cómo será el Almodóvar de hoy? Tiene nuevo libro: “El último sueño”. En la presentación contó la historia de las tontas de su pueblo, hoy llamadas discapacitadas, a las que los hombres del pueblo violaban sistemáticamente siempre que se emborrachaban. Una madre y sus dos hijas. Sórdido y terrible. A veces su cine tiene también eso. Sinceramente no creo que Almodóvar sea un provocador. Se limita a retratar la realidad con ese naturalismo vestido de Chanel y Armani. Con sus escenarios vintage de papel pintado y colores fuertes. Como todos los creadores, Pedro ha cuidado muy bien lo que se ha dicho, o no, de él mismo. Ha confeccionado su personaje. De hecho, este titular es pretencioso porque reconozco que no sé nada sobre Almodóvar. Ninguno lo sabemos. Nos llega su versión ficcionada. La infancia rodeado de mujeres. Esa madre que contaba historias. Una audiencia de vecinas y hermanas a las que narraba las películas que había visto: el auténtico germen del brillante director de cine, que tuvo más arrojo que conocimientos fílmicos en sus comienzos. Una persona tan inteligente que aprendió a la velocidad de la luz. Un transformista que siempre nos sorprende, aunque su esencia siga intacta. El joven Almodóvar (Calzada de Calatrava, 1949) y su familia emigraron por la península y el bachillerato lo hizo con los padres salesianos y franciscanos. Los odiaba por abusadores, retratados en “La mala educación”. Fue joven empleado en la Telefónica. Pidió muchas excedencias para rodar sus primeras películas. Se agarró durante años a su puesto de ordenanza. Cumplía sus tareas con celeridad y ahí, en la Telefónica, escribía sus primeros guiones. Nadie le regañaba. Después del éxito de La ley del deseo ya no regresó. Se acabó el terror de la miseria. Todos tenemos un Almodóvar favorito. Recuerdo las colas del entonces cine Rex para ver “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, que los de mi generación nos sabemos casi de memoria. Anteriormente, Pedro, con su eterno pelazo, trabajó en el teatro con Los Goliardos, luego hizo la mamarracha con Fabio MacNamara. Estuvo en el centro de la denominada eclosión de la literatura homosexual en España con aquello de Patty Diphusa. Un libro que encontré en la mítica librería Freebirds book & gods de Nueva York. Año 94. Fijaos si era ya internacional nuestro Pedro, que ha acaparado durante muchos años los premios más importantes del mundo del cine. Y lo que le queda. “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón” fue su primera película, rodada en dos años y con la ayuda económica de los amigos. Costó 3000 euros. Hay escenas tan bizarras como la de una Alaska echándole pis a Luci “Oye, que no soy una vaca”, protesta Alaska. En 1986 nace El Deseo, una productora que cuenta prácticamente con el mismo personal a día de hoy. Con “Mujeres…” llegó su primera nominación a los Oscar. Los consiguió por “Todo sobre mi madre” y “Hable con ella”. Tuvo una relación complicada con la Academia de las Artes Cinematográficas en España, pero aquello ya pasó. Nueve Goyas ha conseguido. Y muchos, muchos premios importantes premios internacionales. Adoro al Almodóvar de “Mujeres…”; de “Volver”, de “Todo sobre mi madre” Y “La flor de mi secreto”, creo que uno de sus mejores y menos valorados films. Su cine es irresistible, subyugante. No puedes dejar de mirar la pantalla. Te quedarías a vivir en sus decorados. Acaba de estrenar el cortometraje “Extraña forma de vida”.
Camarón, el dios gitano
23-04-2023
Camarón, el dios gitano
San Fernando vivía un boom industrial de astilleros y metalurgia pero él, Camarón, nació al otro lado. En las “callejuelas”. José Monge jugueteaba en vías llenas de tierra y aire. Los ojos verdes. Rubio como las candelas. Su tío le dijo que parecía un Camarón. Y así se quedó. El hijo de la Juana escuchaba sus cantes, que se le metieron en la cabeza, con el ritmillo de las olas y el viento de la Isla. “Por la mancha que llevo en la frente, murmura la gente que soy pecaora”. El niño ayudaba al padre en la fragua pero a los siete años se queda huérfano y el rubio comienza a ganarse los cuartos cantando en las tabernas y en la estación del tren. Por la Venta Vargas iba el chiquillo y Manolo Caracol le decía que alguien tan rubio no podía cantar flamenco. Clavaíto llevaba el desdén José, que tardó mucho en perdonar “el feo”. Manolo se convirtió en su fan más empedernido. Lloraba al escucharlo. La emoción de su arte se le anudaba en la garganta. Así era Camarón. Se rompía en cada Ay. No dejaba nada para después. Aunque hubo mucho después. Las noches eran largas. Entre cante y cante, cigarrito y cigarrito llegaban las claras del alba. Rancapino y José son inseparable pareja artística en ese momento. Crece el cantaor en giras con Juanito Valderrama y Dolores Vargas. Ferias y festivales. Después llega la compañía de Miguel de los Reyes. La isla cada día está más sola porque Camarón no para. Aterriza en el tablao Torres Bermejas donde cantará durante 12 años. Allí conoce a Lola Flores y Paco de Lucía. De ahí sale una película curiosísima: Casa Flora. Indescriptible, tienen que verla. También nace una larga relación con el guitarrista. Ambos eran unos chavales y crean un tándem perfecto. Grabaron muchos discos, dirigidos por el padre de Paco que acoge a Camarón como un hijo. Paco y José siempre tuvieron una amistad preciosa, pero, el de la isla, era demasiado libre para vivir bajo el ala de nadie. En uno de sus viajes a San Fernando conoce a La Chispa. “Qué gitana más guapa”. Se deja a la novia paya y enamorado se casa en 1976. Tuvieron cuatro hijos. El gran amor de José no fue el flamenco, ni su público. Eran esos críos, que le preocupaban enormemente cuando el cáncer de pulmón le había echado la zarpa ¿Y qué va a ser de ellos? En 1979 llega La leyenda del tiempo. Un concepto de música completamente nuevo. Una revolución que mezcla a Lorca, el sonido Alameda, a Ricardo Pachón y hasta Kiko Veneno, volando voy, volando vengo, vengo. Los gitanos regresaban a la tienda de discos: devuélvame el dinero, esto no es Camarón. Los puristas se rasgaban las vestiduras y José tranquilo. “Al que no le haya gustado yo le digo que lo escuche otra vez”. Años después, Soy Gitano y se convierte en el disco más vendido de la historia del flamenco. Acompañado de su Tomatito y con la colaboración de Vicente Amigo. Camarón siempre tenía un cigarrito entre los dedos y la copita de whisky. Se dice que entraron en juego otras drogas durante un tiempo. Que lo superó. Estuvo condenado a un año de prisión por conducción temeraria y fallecimiento de dos personas. Pero no entró en la cárcel. Siguió grabando discos y con éxito absoluto fuera y dentro de España. Los gitanos veían en él a un salvador. Alguien de su etnia que era adorado por todos los músicos del mundo, incluido Quincy Jones. Camarón era un dios que todo lo podía. Le acercaban a los niños para que los tocase. A los enfermos para que los sanase. José no podía con eso, le superaba. Hubo momentos de crisis donde se resistió a subirse a los escenarios. Camarón gitano y flamenco. A veces regalaba su arte. En otras lo cobraba bien caro, o dejaba la plaza vacía porque se había acostado muy tarde y no podía con su alma. Volvió a los orígenes para grabar Potro de rabia y Miguel con su amigo Paco de Lucía y con Tomatito. El cáncer de pulmón le devoraba, su estado era débil y muere con 41 años. El entierro en San Fernando fue un sin dios de muchedumbres llegadas desde todo el mundo. Gitanos errantes en Cádiz decían adiós al patriarca que ellos eligieron. El ataúd volaba en las manos de sus porteadores y la bandera calé envolvía los restos de Camarón
Machado, ligero de equipaje
02-04-2023
Machado, ligero de equipaje
El gran Serrat nos hizo un regalo: recogió en un ramillete algunos de los poemas más grandiosos de Machado y los convirtió en canciones pegadizas que todavía tarareamos. Un poco de justicia poética para variar, aunque llegase muy tarde. Era el año 1969 En 2023 se cumplen 84 años de la muerte de Machado. Falleció apenas cruzó el exilio, tras penosas fatigas. A la tristeza de abandonar el país que amaba se unió aquella noche aciaga, la lluvia el embotellamiento humano —cientos de miles de personas huyendo con terror— y el frío. Siempre el frío del exilio. Algo así como lo describió el gran Serrat Como todo el mundo sabe, Machado está enterrado en Coillure, junto con su madre, que no soportó la pena de saber fallecido a su hijo. No pudieron engañar a doña Ana. Como casi todo el mundo también sabe, los últimos versos del universal poeta aparecieron en un papelito, hallado en la chaqueta abandonada de su osamenta. Machado fue feliz en el Palacio de Dueñas, se supo en el paraíso y nunca pudo olvidarlo. Su padre, el incansable investigador del folclore, Demófilo, llevó a sus hijos a Huelva para que conocieran “las estelas en la mar”. Después marcharon a Madrid. Al abuelo Antonio le habían dado una cátedra de Zoografía a sus 68 años, después de ser rector de la Universidad de Sevilla. Machado conoció allí a sus maestros de la Institución libre de Enseñanza, a los cuales siempre quiso y admiró: Cossío, Joaquín Costa, Giner de los Ríos. Al joven poeta le costó sacar su reválida. Por increíble que parezca, suspendió Latin y Lengua Castellana. En la casa de Los Machado no faltaba un buen libro. Dinero no tanto. Demófilo ganaba lo justo. El folclore le daba más satisfacciones que hogazas de pan y finalmente aceptó un trabajo de abogado nada menos que en Puerto Rico. En mala hora. En menos de un año fallece, fruto de una tuberculosis fulminante. Antonio Machado y Manuel ahogan las penas en noches de la bohemia madrileña, en tablaos y tertulias, con los grandes literatos de la época. En 1903 se publica Soledades, su primer poemario, donde encontramos ecos de sus estancias en París. Casi al mismo tiempo consigue su plaza de profesor. Marcha a Soria. Allí conoció a la niña Leonor. Cuando se casaron, él tenía 34 años, ella 15. Contra todo pronóstico se amaron y se entendieron hasta que la tuberculosis vuelve a hacer acto de presencia en la vida de Antonio. Y se lleva a su amor. Huye Antonio de Soria. Odia Baeza “poblada de mendigos y señoritos arruinados en la ruleta”. En Segovia comenzará a resucitar y llega a tiempo de fundar la Universidad Popular Segoviana. Allí conoció a la famosa Guiomar y tuvo el honor de izar la bandera tricolor de la II República Española “tejida con el más puro lino de la esperanza”. En 1927 le nombran miembro de la RAE. Un sillón que nunca ocupará. Con la dictadura fue sometido a la terrible depuración y declarado “indeseable” por algunos de sus compañeros de aulas. No fue restituido en su cargo hasta el año 1981. Otra gloria póstuma. Machado es único. No cabe en ningún podcast, ni en ningún documental. Su poesía es zen, es universal. Es popular, profunda y exquisita. Amaba con fervor a España. Era profundamente tradicional. Esa España de la que se enamoró García Lorca. Su ahínco en difundir la cultura a través de las Misiones Pedagógicas era genuino. Su compromiso, inquebrantable. Apostaba con valor y esfuerzo por ese infalible mañana. La España de la rabia y de la idea. “Tengo un gran amor a España y una idea de España completamente negativa. Todo lo español me encanta y me indigna al mismo tiempo” Pero sin duda, la grandiosidad de Machado es que nos toca y conmueve el corazón. Cada cual conoce un Machado distinto. Cada cual tenemos nuestra frase machadiana, grabada a fuego. El auténtico best-seller de la poesía es ese. Que nos arañe de un modo intransferible. Como el quejío de los flamencos. Así pasen los siglos. El hombre que era, en el buen sentido de la palabra bueno, que andaba ligero de equipaje, se murió de tristeza porque lo arrancaron de cuajo de la tierra, su tierra, que era su vida entera. Su poesía nos abraza y nos enseña Caminante no hay camino El cant dels ocells ha sonado muchas veces en la tumba de Machado tocado por el propio Pau Casals. Una sepultura humilde. Gracias a la ayuda económica de algunos amigos; entre ellos Pau Casals y Albert Camus, Machado y su madre descansan juntos.
Jennifer López, latina sin límites
19-03-2023
Jennifer López, latina sin límites
Jennifer López no era ni la más guapa de su clase, ni la más talentosa de su casa. Pero seguro que sí la más ambiciosa. López, sin miedo a nada, fue a por sus sueños sin ápice de duda. Trabaja más duro que nadie, trabaja más horas que nadie. Y eso es lo que recalca continuamente a sus hijos. Siempre puedes hacer más, siempre lo puedes hacer mejor. “La palabra no, no es una respuesta, es una oportunidad”. Esto dijo en la entrega de los premios Spootligth, cuando, por fin, la galardonaron por su película Hustlers, después de 41 nominaciones infructuosas. López es un ejemplo único. Su mensaje: no te rindas nunca, lucha por tu singularidad, tienes algo que el mundo está deseando ver y disfrutar. No dudes que es así. Esa fortaleza nace quizá de haberse criado en uno de los barrios más peligrosos del mundo: el sur del Bronx. Lejos de las glamourosas imágenes que nos llegan de la diva, su infancia transcurrió en escuelas públicas, en domingos en la iglesia y con una familia de newyoricans. Lupe, su madre, estricta mujer latina, educó a sus hijas en la cultura del esfuerzo y de su maravillosa identidad. Lupe amaba los musicales. La familia vio West Side Story cientos de veces. Una película hecha en América, con la maravillosa música de Leonard Bernstein y que contaba exactamente su historia. La historia de los puertorriqueños en Nueva York. Jennifer recuerda que en el Bronx todo era marrón, feo y gris. Sin embargo, West Side Story era Rita Moreno, faldas fucsias, carmín en los labios, vestidos blancos. Tanta belleza y el conflicto de la pobreza, del racismo y los amores imposibles. Jennifer fue primero una gran atleta, compitió por su escuela y a los 18 años se enamoró de la danza y del hecho de ser actriz. Lupe le recordaba que era una estupidez querer ser actriz siendo puertorriqueña: los latinos nunca logran nada en Hollywood. Tras una tempestuosa discusión, López se mudó a Manhattan para tomar sus clases de baile. Durmió en oficinas de amigos, en sitios inhóspitos y bailaba por 25 dólares, pero su talento no tardó en dar resultados y desde muy joven trabajó en musicales. No rechazó ni un solo trabajo. Una serie en japón, ser bailarina de Janet Jackson, de los New kids on the block y así hasta que llegó su primer papel protagónico en Selena, el biopic de la cantante tex-mex asesinada por la presidenta de su club de fans. La niña del Bronx se convirtió en una de las actrices mejor pagadas de Hollywood. Su gran interpretación le valió su primera nominación a los Globos de Oro. 20 años después, lo ha vuelto a conseguir con un film en el que ella misma es productora: Hustlers, donde interpreta a una striper que utiliza su cuerpo a para empoderarse Desgraciadamente, la maldición de Lupe sigue cumpliéndose. A día de hoy, tras más de 30 películas rodadas, no hay ni una nominación a los Oscar y tampoco consiguió su preciado Globo de oro. Su carrera musical es imparable. Literalmente. López no cesa de renovarse y adaptarse a los tiempos. Sus shows son espectaculares con una forma física más que envidiable a los 54 años de edad. Su alegato contra las jaulas de Trump en la Superbowl y su exhibición de pole dance, antes millones de espectadores de todo el mundo aún permanecen en nuestra retina. Jennifer cantó en la toma de posesión de Biden. Está más implicada que nunca con su identidad latina. Cuenta con su propia marca de cosméticos, ropa y tiendas. Cuando le preguntan ¿Cómo lo has conseguido? No sabe qué decir “Yo vivía en Castle Hill, al sur del Bronx”. Quizá su debilidad por Affleck es lo único que nos la muestra vulnerable porque el actor la dejó una vez y, a pesar del orgullo, ahí tienes esa súper boda y su cara de felicidad tras su primera noche en Las Vegas como mujer casada Tras la apariencia de Jennifer López hay una gran historia de resiliencia, de superar frustraciones, de premios que ansía y que no llegan, del respeto de Hollywood. J.LO es un torbellino de fuerza y talento que jamás se rendirá.
Lola Flores: genia en bata de cola
26-02-2023
Lola Flores: genia en bata de cola
Lola de España aglutinaba todo el folclore, la vitalidad y el arte de nuestra tierra con un aje que no se podía aguantar. Era artista hasta para buscar un pendiente que se le caía en el escenario “mi trabajito me ha costó”. Hija de un tabernero, Lola era la niña que se encaramaba a las mesas en el tabanco del barrio de San Miguel. Que transformaba el tres en un ocho en el carnet de identidad porque llevaba muy malamente eso de cumplir años. “Mi Rosario me dice: por detrás parece que tuvieras 30”. Lola y su coquetería. Lucha contra el cáncer durante dos décadas, pero los pechos en su sitio “que bien bonitos que los tengo”. Lola enfadada con “la enciclopedia mundial” que le puso que había nacido en el año 1921. La mamá de Lola le compraba telas y le hacía vestiditos. Con 10 años ya sale en espectáculos de variedades y después hasta aparece en una película: Martingala. La familia recoge bártulos se marcha a Madrid, a probar fortuna con la niña artista. Se pasan necesidades. En algún momento una adolescente Lola vende su cuerpo a un empresario, algo que confiesa tiempo después con naturalidad. Pero Lola canta el Lerele en el Teatro Fontalba y llega su primer éxito. Luego aparece Manolo Caracol. Ambos, protagonizan en espectáculo Zambra. Lola contaba al final de su vida que su admiración por Caracol era profesional, que de lo otro nada. Pero lo mismo decía una cosa, que la contraria. Lola canta La Zarzamora, rueda las películas Embrujo y La niña de la venta. En el bar Chicote firma un contrato con Suevia Films por seis millones de pesetas. Trabaja como una mula. Y luego llegan las películas de México. Películas terriblemente malas pero que le daban mucho dinerito y hacen de Lola una estrella internacional. Y llegan más pesetas. Muchas pesetas. Lola compra un pisito para hacer una inversión. Le compra una casa a sus padres y otra para ella. Se enamora de El Pescaílla. No fueron fáciles las cosas. Él tenía ya una hija y era gitano completo. Lola sólo un cuartito por parte de madre, pero están locos el uno por el otro. Antonio siempre cuidó de Lola, la conocía muy bien y la quiso de un modo desapegado que muchos quizá no entenderían. Lola resultó ser tan madre abnegada como artista. Adoraba a sus hijos. Siempre ha sido así. Años después, Alba cuenta que a la abuela la llamaban la “oleole” porque las despertaba siempre con estas palabras. Como no iba a estar Lola enamorada de sus nietas si ya se lo contaba a Jesús Hermida, mucho antes de tenerlas.
Juan Carlos Calderón, alma de jazz
30-01-2023
Juan Carlos Calderón, alma de jazz
Juan Carlos Calderón es uno de los mejores compositores del siglo XX. Así de simple. Es responsable del éxito de grandes artistas como el grupo Mocedades o Luis Miguel. Pero hay más, mucho más. Los arreglos fabulosos de Mediterráneo han pasado a la historia de la música. El álbum Fandango del tompetista Herp Albert escaló los puestos más altos del Billboard americano. Algo bastante raro en un disco completamente musical. El tema Route 101 se ha usado y se usa en infinidad de programas de radio y televisión. Luego está esa maravilla de Bandolero, enormemente popular en los 70. Ha compuesto y arreglado temas casi todo el mundo que imagine. Desde Thalía a Cecilia. Desde a Ana Belén a Paloma San Basilio, José José, Aute, Mari Trini, Massiel, Nino Bravo, Camilo Sesto, Miguel Bosé, Sheena Easton, Laura Branigan, Natalie Cole, Miguel Ríos. Y muchos más. La lista es muy, muy larga. Seguro que si una canción le suena y le gusta la ha compuesto él. Dio con la clave para hacer buena música, buenas canciones que eran enormemente populares. Le llamaron el rey Midas del Pop pero el siempre decía que era incierto, que el único secreto era “trabajar como un cabrón”. Calderón nació en Santander y siempre ha llevado a gala el ser cántabro. Su hogar, Villa Asunción era una casa de Indiano en la que se vivía con la humildad de la posguerra pero con mucha cultura y encanto. El poeta José Hierro los visitaba. Se comía col hervida, se tocaba el piano, se pintaba y se recitaba poesía. Su madre cosía muñecas de trapo que luego vendía. Los Calderón son familia de artistas. Sus dos hermanos Ramón y Fernando lo eran en la escultura y la pintura. Su hijo Jacobo sigue la estela de compositor y arreglista y su nieta toca el piano.