Siempre que ha habido deporte profesional, ha habido deportistas profesionales dispuestos a aceptar dinero a cambio de usar ciertas marcas. Pero los mayores acuerdos de patrocinio solo fueron posibles gracias a un invento de mediados del siglo XX: la televisión. Los seguidores se dieron cuenta de que podían sintonizarla para ver a sus deportistas favoritos casi cualquier día de la semana. Las marcas se dieron cuenta de que podrían tener cientos de vallas publicitarias andantes que mostrarían las cualidades de sus equipaciones deportivas en acción… y esa sería una carrera por ver quién capta primero a los mejores deportistas del mundo.

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