La Constitución de 1931 reflejaba los valores progresistas de la Cámara de diputados. En el documento se especifica la aconfesionalidad del estado, se recogen derechos individuales y hay un fuerte contenido social. En esta constitución se recoge por primera vez el derecho al voto a la mujer, y se le prohíben a las órdenes religiosas dedicarse a la enseñanza, cuestión esta que causó una gran controversia.