En la calurosa tarde del 23 de julio de 2020, en un oscuro y desvencijado pabellón industrial de Vitoria-Gasteiz, dos amigos, Ismael y Ander, se encontraban inmersos en una espiral de adicción y desesperación que culminaría en un fatídico altercado. A medida que el sol se sumergía en el horizonte, una atmósfera tensa se apoderaba del lugar, saturada con la promesa de un destino trágico. Este es el relato de una relación tóxica, entre dos supuestos amigos, que acabó de la peor manera.