El Gobierno francés renuncia a imponer topes a los precios de la alimentación, pero acuerda con las grandes distribuidoras configurar libremente una cesta de productos "anti-inflación" con precios limitados. Los grandes supermercados se han comprometido a reducir sus márgenes empresariales y a ofrecer el precio "más bajo posible" para mitigar el impacto de la inflación sobre el bolsillo los ciudadanos.

¿Puede salir adelante una medida similar en España? Lo analizamos con Carlos Martín, economista de Comisiones Obreras.