Pilar González Segura, alcaldesa de La Oliva (Fuerteventura): «Nuestra profesión está muy denostada, los políticos somos un mal necesario."

Woman Business

22-11-2022 • 37 minutos

En España hay algo más 8.000 municipios registrados, de los cuales solo 1.750 están gobernados por mujeres. Eso quiere decir que, como confirman los datos de las últimas elecciones, tenemos un 78 por ciento de gobiernos locales sustentados o dirigidos por hombres frente al 22 por ciento de los regidos por mujeres. Murcia lidera la lista de las comunidades autónomas con más alcaldesas y Cantabria, la que menos representación femenina tiene. Y si el análisis lo hacemos por partidos políticos, el PSOE es el que más regidores tiene, seguido de Ciudadanos y el Partido Popular.

En esta entrega de nuestro podcast Woman Business nos adentramos en el papel de las mujeres en la política —y en concreto en la municipal— de la mano de Pilar González Segura, alcaldesa desde mayo de 2020 de La Oliva. Este municipio de unos 25.000 habitantes de la isla de Fuerteventura es el segundo más extenso por territorio de Canarias y el quinto de toda España.

Abogada de profesión, cuando asumió su cargo como regidora optó por compaginar ambas tareas: «Decidí seguir con el despacho que gestiono desde que comencé a ejercer, porque creo que eso me da mucha libertad. Yo no vivo, no he vivido ni nunca viviré de la política. Y eso me permite estar en la política en las condiciones en las que yo quiero. Es importante sentirte libre para poder tomar las decisiones que consideras oportunas, siempre velando por el interés general».

¿Lo más difícil de la gestión municipal? Pilar González considera que «el Ayuntamiento es la institución más cercana al ciudadano y eso conlleva que tu dedicación tiene que ser de 24 horas al día. Pero a la vez es muy gratificante. No lamento nada la decisión que tomé, porque independientemente del esfuerzo y sacrificio que requiere —a las 7.30 h ya estoy sentada en mi sillón del ayuntamiento—, a pesar de ello, es muy satisfactorio».

Sin embargo, a González no se le pasa por alto que cuando dice que es alcaldesa hay quien la mira con asombro y algo de recelo: «Soy consciente de que la nuestra es una profesión denostada. Por eso siempre digo que los políticos somos un mal necesario, pero también es cierto que hay muchísima gente de muchísima valía que quiere ejercer esa labor pensando en el beneficio de la comunidad y de la sociedad».