Para saber si vas bien o vas mal, primero, debes saber hacia dónde vas.
Y hay muchas personas (y esto también es aplicable a cualquier empresa) que se mueven en una inercia de rebaño que les lleva a “no se dónde” que se encuentra justo en la avenida de “no sé qué”.
El propósito agrega sentido, significado y profundidad a tu vida.
Tener claro este aspecto es saber diferenciar lo que es un propósito de lo que es una meta. El propósito es lo que le da sentido a todo lo que haces desde que te levantas hasta que te acuestas. Una meta no es más que la consecución de un objetivo que te aproxima a tu propósito.
Las metas te dan claridad en aquello que quieres conseguir y en lo qué necesitas hacer para lograrlo, es decir, te permiten materializar tu propósito.
Aspectos como nuestra situación personal y económica, las personas que nos rodean, el lugar en el que vivimos… pueden ser un obstáculo que nos separa de ese camino marcado hacia nuestro propósito real.
Para los japoneses, cada persona debe buscar su IKIGAI en la combinación de cuatro elementos: su pasión, su vocación, su visión y su profesión. Esta combinación permite alcanzar una sensación de una vida plena, una vida que merece ser vivida, y nos acerca a la respuesta de una de las grandes preguntas existenciales: ¿cuál es el propósito de mi vida?
Vale, ya tengo un propósito ¿ahora qué?
Pues si ya tienes un propósito ahora toca definir un plan para conseguirlo. Y debes tener claro que cada acción que realices, debe acercarte hacia ese lugar. Y conseguir que la magia haga el resto…
Si, efectivamente, he dicho magia. Pero no te estoy hablando de un truco, no. Hablo de la magia de ver cómo materializas tu propósito alineándolo con el propósito de tu público.
Es así como una empresa o profesional consigue llegar a su propósito. Alineando este con el propósito de su audiencia, su público, principales compradores, buyer personas… como quieras llamarlo.
A todos nos llega el momento de las grandes preguntas personales, aquellas que nos hacemos para determinar qué vamos a hacer con nosotros mismos. Esto es algo que suele darse cuando nos sentimos desorientados después de un fracaso o piedra en el camino. Es cuando entramos en esa fase trascendente de replantear nuestros deseos e intereses a través de las experiencias, aficiones, vocaciones, pasiones…si, tu IKIGAI.
¿Por qué es importante empezar por el propósito?
Sinceramente, no llevo la cuenta del número de proyectos digitales que he lanzado. Se que son muchos, que me han dado momentos de plenitud y también momentos de frustración. Si echo la vista atrás, identifico patrones que me ayudan a determinar qué factores han sido esenciales en el éxito de los proyectos que han triunfado y, por otro lado, también he identificado factores claves de fracaso.
Pues bien, en todos, absolutamente todos los proyectos que he trabajado y han tenido éxito, se han dado estos factores:
El propósito, estaba bien definido. Por ejemplo, crear una película que haga disfrutar a nuestra comunidad de seguidores a través de un sistema de crowfounding.
Las acciones, estaban definidas por escrito, con objetivos a corto, medio y largo plazo.
El propósito del proyecto y el de sus usuarios/clientes estaban completamente alineados.
Este podcast tiene un propósito muy claro: Ser una herramienta útil para las personas que han decidido liderar su futuro en tiempos de incertidumbre, tiempos de cambio. Personas que no se conforman con ser espectadores de este espectáculo digital que nos rodea y está transformando nuestro día a día. Personas que han decidido ser parte del espectáculo. Profesionales que tienen claro su propósito y no van a permitir que nada ni nadie les impida alcanzarlo.
Porque las oportunidades no se esperan, se generan. Por que la mejor manera de predecir tu futuro, es crearlo. Porque el mejor camino el éxito, es la actitud.
Este podcast es para ti, protagonista del cambio.