Habrá que vigilar de cerca la inteligencia artificial (IA) para que sus usos sean lo más éticos posibles y no empeoren problemas crónicos como la desigualdad, la pobreza, la guerra o el racismo. Y como además de facilitar algunos trabajos actuales y de crear otros nuevos destruirá un montón de puestos de trabajos automatizables, la mayoría de expertxs, de todas las ideologías están coincidiendo en un escenario futuro: la robotización y la inteligencia artificial hará que no haya trabajo para todos y aumentará aún más los beneficios de las tecnológicas que ya están recortando plantillas. Ante este panorama solo existe una salida deseable: la renta básica universal. Es decir, un ingreso mínimo para todo el mundo sin distinción, que garantice la subsistencia y permita dedicarnos, al fin, a todo lo que nos hace humanos.