Con la excusa de un libro que nos ha gustado mucho, hablamos del auge de la ultraderecha, del ensimismamiento de cierta izquierda o la esperanza depositada en que los feminismos nos conduzcan a la redención. Ocurre que el capitalismo ya no es fundamentalmente represivo como pudo serlo en un pasado reciente. Ahora es más -o también- incitador y seductor, optimizador y maximizador. La presión para el rendimiento y la competitividad sustituye a la represióny conduce a la depresión. Los y las ciudadanas ya no necesitamos que nos disciplinen por que venimos disciplinados de casa. En este rato que vamos a pasar contigo vamos a lanzar una pregunta, ¿Cuáles la relación entre capitalismo y deseo? ¿Puede ser que esta estructura económica y social sea, también, un ladrón de nuestra voluntad? Nos vamos a preguntar qué pasa con nuestros diversos malestares en relación al sistema y qué relación tiene eso con el hecho de que la vida se haya vuelto mercado. Hablamos de Amador Fernández-Savater, que ha publicado , “Capitalismo libidinal” que edita NED Ediciones.