Según la encuesta CASEN, entre 2017 y 2020, 58 mil adultos mayores cayeron bajo la línea de la pobreza. Un grupo etario al que la pandemia afectó de distintas formas: a través de la disminución de ingresos, la dificultad para acceder a medicamentos y tratamientos de salud, el aislamiento y una mayor dependencia. Aprender hoy de este impacto puede ayudar a planificar el futuro de un país que envejece cada vez más rápido.