Ya es desagradable cuando un error del pasado te persigue, pero cuando no has sido tú el que lo ha cometido es aún peor. Eso es exactamente lo que le sucede a Madeline Carthen, una estadounidense que fue declarada muerta por un error administrativo. La mujer ha pasado casi las dos últimas décadas de su vida intentando demostrar que está viva, de momento, sin éxito.