La segunda parte de la trilogía que nos presenta el maestro M. Night Shyamalan es una invitación a un viaje hacia locura, donde nos sumergimos en un ambiente que pasará de la tranquilidad a lo más oscuro y turbio.
Adentrémonos en split, un canto al encuentro con uno mismo, unido a una cruel visión de la miseria que nos ofrece la sociedad.