En diciembre de 2018 la policía entró en la redacción de Europa Press en Mallorca y requisó el móvil de Blanca Pou, una de las periodistas que cubrió el caso Cursach, una famosa trama de corrupción. La actuación policial, inédita y polémica, buscaba el origen de una filtración, pero también se llevó por delante parte de la vida de Pou.