Gobernar con mano firme requiere que un aspirante a dictador conozca todos los trucos, algo que demuestran los déspotas de la historia. ¿Libertad de expresión? ¿Derecho de asamblea? Muamar el Gadafi entendió que, para remodelar la sociedad, debía reprimir las libertades civiles. Pero su rigor se debilitó.