Vuelvo a sentarme junto a mi amigo @RealJotaEme para hablar de cómo es jugar pasando la treintena. De cómo ya no es sólo cuestión de cuanto tiempo tenemos para jugar si no de la calidad de ese tiempo. Lo fatigados y cansados que nos sentimos y cómo nos impide disfrutar muchas veces de los videojuegos. De cómo conciliar las responsabilidades y obligaciones con uno de nuestros hobbies favoritos y también de cómo con el tiempo nuestros gustos han evolucionado al igual que lo ha hecho la industria del videojuego.