En 1788 la joven Mary Wollestoncraft fue despedida de su trabajo como institutriz. Sin marido, sin dinero, sin el apoyo de su familia y vetada en la educación formal, Mary empezó no obstante a colaborar con el editor Joseph Johnson, que la tomó en serio como escritora, traductora y correctora de manuscritos. Cuando llegó la revolución francesa, que entusiasmó a los progresistas británicos, fue la primera en responder a los miedos conservadores con su "Vindicación de los derechos del hombre". Pero sería su "Vindicación de los derechos de las mujeres", de toda esa otra mitad de la población despreciada incluso por sus propios correligionarios, el libro que le aseguraría una página fundamental en la historia del pensamiento moderno. Por no hablar de haber sido la madre de la gran Mary Shelley, autora de "Frankenstein". Pero la vida de una mujer pobre y libre a finales del siglo XVIII no era fácil, y madre e hija jamás llegaron a conocerse. Wollestoncraft murió por complicaciones del parto diez días después de dar a luz a una hija que llegaría a ser tan genial como su madre.
Nos acompaña en este viaje por la vida de Mary Wollestoncraft la profesora de literatura inglesa Cristina Oñoro, que ha publicado este año "Las que faltaban", una historia del mundo a través de mujeres que, como Mary Wollestoncraft, deberían ocupar más espacio en los libros de historia.