Meditación sobre el Evangelio del martes de la XXXI semana del Tiempo ordinario. El Señor cuenta la parábola de los invitados a las bodas. Dios invita al ser humano al Cielo, y él quiere ir a otros sitios, y se disculpa. Esta es la mayor tragedia posible. ¿Cómo será el Cielo, aquello para lo que estamos hechos, lo que hemos buscado incansablemente toda nuestra vida sin conseguirlo?