Hoy es el último día del 2023. Mientras estamos aquí al borde de un Año Nuevo, es un buen momento para reflexionar sobre el año que termina y es un buen momento para mirar hacia el año que pronto llegará. También es un buen momento para que el pueblo de Dios haga un inventario de su caminar con el Señor.
Deberíamos observar con mucho cuidado dónde nos encontramos en nuestra relación con Dios. Necesitamos examinarnos a nosotros mismos y ver dónde hemos estado, dónde estamos y dónde el Señor quiere que estemos. Este pasaje nos brinda la oportunidad y el desafío de hacer precisamente eso.
Hace unos días me encontraba limpiando una de las habitaciones de la casa, donde pude encontrar muchas cosas que ya no son necesarias. Por supuesto, había algunas cosas que simplemente necesitaban ser reubicadas. Y, en el proceso de la limpieza, encontré algunas cosas que me hicieron retroceder en el tiempo.
Mientras limpiaba, hubo algunas cosas que fueron retenidas, algunas cosas fueron desechadas y algunas cosas fueron recordadas. Al leer estos versículos, encuentro que desafían a los hijos de Dios a hacer exactamente lo mismo. Al mirar nuestras vidas a la luz de estos versículos, somos desafiados a retener algunas cosas, a liberar algunas cosas y a recordar algunas cosas.
Quiero meditar en estos versículos hoy y compartir con usted el reto que contienen. Quiero mostrarles que Dios tiene un plan para nuestras vidas; que Él quiere ciertas cosas de nuestra vida, y que Él tiene el derecho de exigir estas cosas de nuestra vida. Hagamos esto mientras consideramos el tema, “Un viejo reto para Año Nuevo”.