Iglesia de Cristo en Constituyentes.

Lorenzo Luévano

La iglesia de Cristo en Juárez le invita a sus actividades en la calle Juan J. Méndez 7744, Colonia Constituyentes, en Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Domingos 10 de la mañana. read less
Religion & SpiritualityReligion & Spirituality
Las aflicciones del tiempo presente (Romanos 8:18).
20-11-2023
Las aflicciones del tiempo presente (Romanos 8:18).
Romanos, capítulo 8 es uno de los capítulos más ricos de la Biblia. Este capítulo es un pasaje de esperanza, bendición, aliento y consuelo. El versículo 1 establece el tono para el resto del capítulo cuando dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” ¡Ninguna condena! ¡Debemos dejar que esas palabras penetren en nuestros corazones! Esas palabras nos recuerdan que el cristiano ya no está bajo la ira de Dios, ni en peligro de ser juzgado por él. El creyente ha sido liberado para siempre de la amenaza del infierno eterno. El creyente ya no está separado de Dios por un amplio abismo de pecado, sino que “es hecho cercano por la sangre de Cristo” (cf. Efesios 2:13). A medida que se desarrolla Romanos 8, la luz de nuestras bendiciones en Jesucristo se vuelve muy clara. Los creyentes son hijos de Dios (v. 14-15).Los creyentes son coherederos con Cristo (v. 17).Los creyentes serán glorificados con Cristo (v. 19).Cada evento en la vida del creyente está siendo elaborado para bien por parte de Dios (v. 28).Los creyentes están siendo transformados activamente a la imagen del Señor Jesucristo (v. 29).Los creyentes están seguros en su salvación (v. 30).Los creyentes disfrutan del apoyo del Señor contra cada adversario que enfrentan en la vida (v. 31-37).Los creyentes nunca serán separados del amor perfecto, ilimitado y eterno de Dios (v. 38-39). Esas verdades deberían ser suficientes para hacernos humildes ante el Señor en adoración y alabanza. El texto que he leído hoy añade otra capa de bendición que debería animar los corazones de cada hijo de Dios. El versículo 18 contiene una preciosa promesa para todo creyente que sufre en esta vida. En él se nos promete que, aunque aquí haya sufrimiento, allá habrá gloria. Meditemos, entonces, en las palabras de Pablo, mientras consideramos su declaración cuando habló sobre “las aflicciones del tiempo presente”.
Bendiciones de la vida espiritual (Romanos 8:14-17)
06-11-2023
Bendiciones de la vida espiritual (Romanos 8:14-17)
Imagínese, por un momento, nacer en una familia afectada por la pobreza extrema. En esa condición, usted vive en una familia disfuncional y condenada al fracaso. Una familia sin esperanza, y sin ninguna expectativa positiva para el futuro. Es una familia que está sufriendo, por no poder sustentar las necesidades más básicas para la vida. Y lo peor de todo, es que a nadie en este mundo le importa en absoluto. Pero, ahora, imagine que llega un hombre amable, gentil y misericordioso, el cual, además de tener todas estas buenas cualidades, es sumamente rico y poderoso. Este hombre le ofrece, no solamente, ayudarlo, sino recibirlo en su gran mansión, para convertirlo en su propio hijo.  Este hombre le ofrece todo lo que su propia familia natural jamás podría darle, y, además, se lo ofrece gratuitamente. Todo lo que tiene que hacer usted, es aceptar ser su propio hijo. Ahora, ¿Le parece una historia descabellada? Pues, eso es exactamente lo que le sucede a cada persona que pone su fe en Jesucristo. A medida que Pablo profundiza en este octavo capítulo de Romanos, continúa ilustrando la superioridad de la vida espiritual. Ya nos ha hablado de la liberación y los cambios que hay en esa vida. Ahora, en estos versículos, él nos habla de las bendiciones de la vida espiritual. Pablo nos dice que cada persona que ha obedecido el evangelio, ha sido traída a la familia de Dios, y disfruta de todos los derechos, privilegios y promesas que todo hijo de Dios tiene, por su bendita bondad y misericordia. No, ningún hombre sobre la tierra merece tantas bendiciones, pero por la gracia de Dios, puede acceder a ellas a pesar de la vida miserable y oscura que haya tenido. Miremos, pues, estos versículos, para recordar o para conocer las bendiciones de la vida espiritual.
Los cambios de la vida espiritual (Romanos 8:5-13)
30-10-2023
Los cambios de la vida espiritual (Romanos 8:5-13)
El capítulo 8 de Romanos marca un cambio importante en el pensamiento del apóstol Pablo. En este capítulo, presenta varios aspectos de cómo la vida es transformada por el Espíritu de Dios. Este capítulo trata sobre la nueva vida que resulta de la obra del Espíritu Santo en nosotros. En los primeros cuatro versículos, Pablo habló acerca de la liberación de la vida espiritual; ahora, en los versículos que hemos leído esta mañana, escribe acerca de las diferencias de la vida espiritual. Considero que este es uno de los pasajes más grandes e importantes de las Escrituras. ¿Por qué? Porque aborda la cuestión de la mente. La Biblia es clara en su enseñanza de que, la manera en que piensa una persona, eso determinará qué clase de persona será. Dice Proverbios 23:7, “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. En otras palabras, cuando usted siembra un pensamiento, entonces cosecha un acto. ¡La mente es algo muy importante! ¡Cualquier cosa en la que un hombre enfoque su mente es lo que ese hombre reproduce en su vida! Si usted tiene malos pensamientos, entonces no espere producir otra cosa, sino malas acciones. Pero, si usted tiene buenos pensamientos, sobre todo, si usted tiene pensamientos piadosos, entonces eso producirá acciones piadosas. Las acciones siempre tienen la misma naturaleza de nuestros pensamientos. Por eso, la palabra de Dios es tan clara cuando nos exhorta renovar nuestra mente. En Romanos 12:2, dice, “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. En Filipenses 4:8, el apóstol Pablo nuevamente nos exhorta a mantener siempre pensamientos correctos. Esto es así, porque pensamientos correctos, dan como resultado una vida correcta. De ahí la importancia de llenar nuestras mentes con la palabra de Dios. Si llenamos nuestra mente con los pensamientos de Dios encontrados en su palabra, esto producirá un cambio en nuestras vidas. Los cambios que el Espíritu Santo produce en nuestra mente, y los cambios resultantes en cada área de nuestra vida, son el asunto en este pasaje. Estos cambios son progresivos. Cada cristiano debe ir manifestando estos cambios progresivamente. Si estos cambios están sucediendo en su vida, eso significa que usted es una persona espiritual, es una persona que está dejando que el Espíritu Santo lo moldeé a través de las Escrituras. Usted es una persona que siempre tiene en cuenta lo que Dios dice en su palabra, siguiendo ese curso de vida que él muestra en ella, y así, estos cambios se van manifestando cada día. Sin embargo, si estos cambios no se manifiestan, o si en lugar de avanzar hacia adelante, usted va en retroceso, entonces eso mostrará que usted no es una persona espiritual, sino carnal. Usted se ha estado dejando guiar por el mundo, por sus pasiones o por el diablo. Consideremos, entonces, lo que Pablo nos dice, mientras meditamos en el tema, “Los cambios de la vida espiritual”.
Liberados en Cristo Jesús (Romanos 8:1-4).
23-10-2023
Liberados en Cristo Jesús (Romanos 8:1-4).
Hay varias cosas que deben distinguir a una persona que es cristiano de una que no lo es. Piensan diferente, actúan diferente, caminan y hablan de manera diferente. Y esto se debe a que, el que es cristiano, está siendo guiado, a través de las Escrituras, por el Espíritu Santo. Su vida debe ser distinta a la que tienen las personas del mundo. Bueno, es de este estilo de vida diferente, el enfoque de este octavo capítulo de Romanos. Hasta ahora, el apóstol Pablo nos ha estado recordando que, en nuestra vida natural, aquella que vivimos sin Cristo, es una vida que está bajo la ira de Dios. Nos ha dicho que no podemos salvarnos por nuestra bondad, ni por nuestras obras religiosas. Nos ha dicho la gran verdad de que la salvación es producto únicamente de la gracia de Dios. Ahora, después de describir la vida de pecado, la vida de obras religiosas y la vida vivida bajo la Ley, y después de mostrarnos cómo cada una de ellas está muy lejos de poder salvar el alma, dirige su atención a la nueva vida que está bajo la potestad y dirección del Espíritu de Dios. Todo este capítulo, que es uno de los más importantes de la Biblia, trata sobre experimentar una nueva vida dirigida por el Espíritu Santo. En estos primeros cuatro versículos, nos habla acerca de la liberación que tenemos en Cristo. Particularmente, nos dice que hemos sido liberados de tres elementos de la influencia del pecado en nuestras vidas. Nos centraremos esta mañana en esas tres áreas de las que hemos sido liberados. Les invito a seguirme en estos versículos, mientras meditamos en el tema, “liberados en Cristo Jesús”. ¿De qué hemos sido liberados?
Una lucha perdida (Romanos 7:14-25).
09-10-2023
Una lucha perdida (Romanos 7:14-25).
El apóstol Pablo ha estado insistiendo, que los efectos espirituales que la ley produce en aquel que vive sin Cristo es la esclavitud y la perdición eterna. En estos versículos, el apóstol ilustra el caso describiendo un gran conflicto que todo hombre padece, sobre todo cuando vive sin Cristo. Pablo dice que todo hombre sabe hacer el bien; pero lamentablemente no puede hacerlo. Así como todo esclavo bien pudiera vivir en libertad, no puede hacerlo dado el régimen legal en el que vive. Así como un esclavo anhela la libertad, así todo hombre puede tener el deseo de guardar la ley de Dios. Pero, así como el primero no puede ser libre, puesto que es un esclavo, así el hombre no puede guardar la ley porque es culpable de pecado. Quiere guardar la ley, pero la realidad es que la ha quebrantado. Algunos han pensado que este texto habla de “la lucha del cristiano”. Llegan a esta conclusión porque Pablo usa pronombres en primer personal singular. Por ejemplo, en el versículo 14, dice, “yo soy carnal”. En el versículo 18, dice, “Y yo sé que en mí… no mora el bien”. Pero, estas mismas declaraciones nos ayudan a entender que Pablo no está hablando del cristiano. En primer lugar, y aunque el texto bien puede mostrar una lucha, la verdad es que Pablo habla de una lucha perdida. Pablo no solo describe a una persona “carnal”, sino a una en la que “mora el pecado” (v. 17). Por tanto, es imposible que Pablo esté hablando de la experiencia o la lucha que el cristiano tiene con el pecado. Las palabras de Pablo tienen que ver con una persona “miserable” (v. 24), con una persona que, por el pecado, vive en un “cuerpo de muerte” (v. 24). Con una persona que necesita ser liberada (v. 25). Luego, no hay nada aquí para el cristiano, a menos que ese cristiano quiere volver a la ley, o quiera mezclar la ley y la fe para su salvación. Consideremos, pues, lo que Pablo tiene que decir a aquellos que viven sin Cristo, y así, están bajo la condenación de la ley. Meditemos eso, mientras tenemos en mente nuestro tema, “Una lucha perdida”.
Las funciones de la ley (Romanos 7:7-13)
02-10-2023
Las funciones de la ley (Romanos 7:7-13)
Dado que han pasado varias semanas desde que comencé a predicar sobre la carta de Pablo a los hermanos en Roma, hemos aprendido la verdad de que todos los hombres son pecadores, y necesitan de un Salvador (cap. 1-3). Hemos aprendido que la verdadera justicia y la salvación es posible mediante la fe en el Señor Jesucristo (cap. 4-5). Hemos aprendido que en Jesucristo estamos muertos al pecado y a la ley (cap. 6-7). En nuestro mensaje anterior, aprendimos que hemos sido librados de la ley, al haber muerto juntamente con Cristo. Sin Cristo estábamos casados con un marido cruel y exigente, al cual, era imposible satisfacer. Sin embargo, por el evangelio, ahora estamos casados con Cristo, quien nos ha tratado con amor, misericordia y perdón. Estas son verdades benditas que siempre debemos tener presente. En los versículos que tenemos ante nosotros esta mañana, Pablo ilustrará su enseñanza sobre la ley, al permitirnos echar una mirada sumamente íntima sobre la vida de un hombre que vive sin Cristo y bajo la ley. Pablo se involucra a sí mismo en esta ilustración, como si nos estuviese dando su autobiografía, sobre todo cuando vivía sin Cristo y bajo la ley. Con todo su argumento, Pablo va a revelar un lado del hombre que la mayoría trata de mantener profundamente enterrado, oculto. Los versículos 7 al 13, nos hablan de los días en que Pablo no conocía a Cristo, nos lleva de regreso a una época de su vida, donde la ley regía todo lo que él era y hacía. Él compartirá con nosotros lo que ha aprendido acerca de la ley y su condición delante de Dios en esa condición. No será algo bonito; pero es una enseñanza que cada persona necesita escuchar y comprender. Caminemos junto con Pablo en este viaje a su pasado, cuando era un fariseo moralista y de cómo logró librarse de esa vida de perdición. Consideremos las lecciones que Pablo compartirá con nosotros, mientras consideramos el tema, “Las funciones de la ley”.
Libres en Cristo (Romanos 6:6-14)
28-08-2023
Libres en Cristo (Romanos 6:6-14)
Imagínese un hombre que nació en esclavitud. Es criado como esclavo, entrenado como esclavo. Todo lo que conoce en la vida es la esclavitud. Ahora, imagine que un día, este esclavo se vende en una subasta de esclavos. Es comprado por un hombre amable que inmediatamente entrega al esclavo los documentos que lo declaran libre. Imagínese a ese esclavo regocijándose por su libertad. Corre entre la multitud agitando esos papeles en el aire y grita: “¡Libre por fin! ¡Libre por fin! ¡Gracias a Dios, por fin soy libre!”. Sin embargo, cuando todo mundo sigue con sus propias actividades, el que había sido esclavo se tranquiliza, y mira que el hombre que lo vendió, comienza a recoger sus cosas para irse a casa. De pronto, el hombre que fue vendido, y que ahora es libre, va inmediatamente tras el antiguo amo, se pone de tras de él, y le dice, “¿Puedo ir con usted?” El esclavista le dice, “No. Ya eres un hombre libre, ya no tienes que trabajar para mí”. El que había sido esclavo le responde, “Sé que este documento dice que soy libre; pero no sé hacer otra cosa que ser un esclavo. Lo único que sé, es trabajar y vivir como un esclavo. Te seguiré, y continuaré viviendo bajo tu potestad como tu esclavo”. El antiguo dueño aceptó con gusto, y nosotros sabemos que ese esclavo liberado, ha hecho una gran tontería. Sí, hermanos, yo sé que cuando escuchamos una historia como esa, inmediatamente pensamos, “Eso no puede ser posible que suceda. Que un hombre sea librado de su esclavitud, para luego regresar a ella, no es posible”. Sin embargo, les puedo decir con toda certeza, que exactamente eso ocurre muy seguido. Miren, el Señor Jesucristo prometió liberar de la esclavitud del pecado a todos lo que sigan (cf. Juan 8:32, 36); pero, aunque hay muchos que han recibido esa libertad, y a pesar del gran costo que tuvo esa libertad, aun así siguen en la esclavitud de sus pecados. Como el esclavo de esa historia, ellos tienen en sus manos los documentos de su libertad; pero en sus vidas siguen viviendo como esclavos. Para aquellos que todavía se sienten atrapados en sus pecados, este pasaje ofrece ayuda. Cada cristiano debe entender que ha sido librado del poder del pecado. Necesitan comprender esa verdad. Noten que las dos primeras palabras con las que inicia el versículo 6, “sabiendo esto”. Estas palabras describen, no solamente, un conocimiento intelectual, sino el conocimiento propio de la experiencia personal. Por tanto, hay verdades aquí que debemos conocer, entender y aceptar a cabalidad, para poder gozar de la libertad que Cristo nos ha dado con su preciosa sangre. Quienes no han aprendido, ni entendido, ni aceptado estas verdades, no podrán evitar vivir como cristianos derrotados y miserables. Pero, ¡eso no tiene por qué ser así! Usted ha sido liberado por el Señor Jesucristo. Ha sido eternamente liberado del poder del pecado, y estos versículos nos dicen cómo vivir esa libertad. Así que, veamos lo que nos dice Pablo acerca de quienes son libres en Cristo.
Los muertos en Cristo.
20-08-2023
Los muertos en Cristo.
Hasta este momento, el apóstol Pablo ha estado construyendo un caso para mostrar la necesidad de nuestra salvación. Se nos ha dicho que todos los hombres hemos pecado. Se nos ha mostrado que hay un medio de salvación, la fe el Señor Jesucristo. Se nos ha dicho que, al poner nuestra fe en Jesús para nuestra salvación, recibimos el regalo de la vida eterna. Pablo nos ha hecho saber que muchos están condenados por causa del pecado; sin embargo, también se nos ha hecho saber que aquellos que acuden a Jesús para su salvación, son rescatados de esa condenación para recibir una vida nueva. A partir del capítulo 6, Pablo dedicará los próximos tres capítulos, diciéndonos cómo se vive esa nueva vida. Esa es una información importante y necesaria. Todas las señales apuntan al hecho de que muchas personas afirman tener una nueva vida, pero no parecen saber cómo vivir esa vida. En esta sección de las Escrituras, se nos darán instrucciones detalladas de cómo vivir la nueva vida en Cristo. Pablo comienza su tratamiento de este tema en los primeros 4 versículos del capítulo 6. En este pasaje, se nos da nuestro primer conjunto de instrucciones relacionadas con la nueva vida. Hoy aprenderemos cómo deben vivir los que han muerto en Cristo. Eso puede sonar un poco extraño, pero tendrá sentido a medida que profundizamos sobre el asunto. Para que los muertos en Cristo tengan una vida nueva, hay tres realidades que deben aceptar. Quiero compartir esas tres realidades con ustedes esta mañana. Analicemos lo que nos dice Pablo sobre los muertos en Cristo.
El día en que el hombre perdió el paraíso.
07-08-2023
El día en que el hombre perdió el paraíso.
Pablo ha pasado una cantidad considerable de tiempo en el libro de Romanos probando que el hombre, sin Cristo, es un pecador. Él nos ha mostrado que cada clase de ser humano en el mundo es culpable a los ojos de Dios. ¡No se puede negar esa verdad! Si dudamos de eso, basta con viajar a cualquier parte del mundo, tomar cualquier periódico o escuchar cualquier trasmisión de noticias, y esa verdad será más que evidente. El hombre sin Cristo es un pecador. En estos versículos, Pablo nos dice cómo es que los hombres llegaron a ser pecadores. Y si somos honestos con nosotros mismos, tendremos que reconocer que, en ocasiones, todos tenemos deseos que, de seguirse, arruinarían sus matrimonios, sus carreras, sus finanzas, su reputación y su comunión con el Señor. Todos tenemos esos pensamientos de vez en cuando, y lamentablemente, muchos actúan en consecuencia. Son cegados por tales impulsos y arrastrados a seguir sus deseos sin importar las consecuencias. ¿Por qué sucede eso? Bueno, porque hemos tenido experiencia con el pecado, y hemos sido seducidos por sus engañosos placeres. Sin embargo, hubo un tiempo en que el hombre vivía en total seguridad, y absolutamente libre del pecado. En esa condición, el hombre no conocía la maldad, ni tampoco había tenido alguna experiencia pecaminosa. Vivía en el paraíso que Dios había preparado para que lo habitase, y vivía en total y completa comunión con Dios. La Biblia dice que Dios creó al hombre a su imagen (cf. Génesis 1:26); y, por tanto, el hombre era santo, justo y en perfecta comunión con Dios. Entonces ¿qué paso? ¿Por qué la humanidad se encuentra hoy viviendo en un mundo absolutamente diferente al paraíso, sin santidad, ni justicia, y sin la comunión con Dios? En estos versículos tenemos la respuesta. Veremos de dónde vino el pecado y cómo nos afecta hasta el día de hoy. Recordaremos nuestra miseria mientras practicábamos el pecado, y al mismo tiempo, recordaremos la misericordia que Dios tuvo para salvarnos de esa condición miserable. Esto lo haremos mientras consideramos el tema, “El día en que el hombre perdió el paraíso”.
La fe de Abraham (2)
03-08-2023
La fe de Abraham (2)
Mientras observamos la progresión de la fe de Abraham, me ha sorprendido el amor de este hombre por Dios y su fe en el Señor. No es de extrañar que Pablo use a Abraham como el ejemplo supremo para probar que la salvación se logra por la fe y no por las obras de la ley. Estos últimos versículos del capítulo cuatro nos enseñan la verdad de que no podemos depender de guardar la Ley para salvarnos. No podemos depender de nuestras buenas obras para salvarnos. No podemos depender de la circuncisión salvar nuestras almas. El punto de Pablo aquí, como lo ha sido a lo largo de este capítulo, es que la salvación es posible por la fe. En un esfuerzo por enseñarnos cómo funciona la fe, Pablo recordará uno de los milagros más grandes de toda la Biblia. Me refiero al nacimiento de Isaac. ¿Qué hace que su nacimiento sea tan especial? Bueno, su padre tenía casi 100 años y su madre 90 cuando nació. El Libro de los Récords de Guinness, nos dice que la madre de mayor edad registrada es Ruth Alice Kistler, quien dio a luz una niña a la edad de 57 años. También existe un informe de una mujer llamada Ellen Ellis, de la que se dijo que, en 1776, ella tenía 72 años cuando nación su hijo. Sin embargo, en comparación con Sara, la esposa de Abraham, estas mujeres parecen adolescentes. A lo largo de este capítulo, Pablo ha estado apelando a la fe de Abraham para probar su punto de que los hombres son salvos por la fe. Ahora, nos va a decir qué tipo de fe tenía Abraham. Era una fe en la promesa del nacimiento de Isaac. Era simplemente fe en lo que Dios decía. ¡Todo se redujo a la fe en Dios que trajo la salvación a Abraham! Hay lecciones que podemos aprender de esta historia acerca de Abraham. Por lo tanto, mientras terminamos este cuarto capítulo de Romanos, dediquemos un tiempo a hablar la fe de Abraham.
¿Cómo podemos ser justificados?
03-08-2023
¿Cómo podemos ser justificados?
Hay mucha confusión en el mundo en torno al asunto de la salvación y de estar bien con Dios. Encuentro esto sorprendente, ya que la Biblia es muy clara en esta área. Sin embargo, hay muchas personas, incluso muchos cristianos, que creen que su salvación depende de sus buenas obras. De lo bueno que son. De que son miembros de una iglesia de Cristo que, dicho sea de paso, es la más fiel de todo el país, o hasta de todo el mundo. Creen que son salvos porque guardan fielmente todos y cada uno de los actos de culto que han entendido son básicos o importantes para Dios. Esta “salvación” que descansa en la justicia propia del individuo, mete en muchos problemas a muchos creyentes, pues al medirse con aquellos “supercristianos santísimos”, sienten que jamás podrán lograr esos niveles de santidad, al punto de que, o no saben cuál es su posición delante de Dios, o definitivamente concluyen que ellos nunca podrán llegar al cielo. Han entendido que no importa cuántas cosas hagan, nunca será lo suficiente para llegar a Dios. Esta parece ser la actitud que Pablo intenta combatir en este capítulo de Romanos. Acaba de decirles a los judíos que estar bien con Dios es simplemente una cuestión de fe. Él les dice que la salvación no descansa en la supuesta obediencia a la Ley. Les ha dicho que tampoco depende de las buenas obras que uno haga. Él nos dice que, bendiciones tales como la justificación, la salvación, el perdón, etc., son dadas en su totalidad cuando creemos en el Salvador del mundo, Jesucristo. Después de decirles a los judíos que la Ley no puede salvar y que las buenas obras tampoco funcionarán, procede a decirles que la circuncisión tampoco los llevará al Cielo. Bueno, si la Ley, nuestras obras y la circuncisión no nos ayudan a estar bien con Dios, entonces ¿qué lo hará? Esa es la pregunta que Pablo responde en estos versículos.
La fe de Abraham.
03-08-2023
La fe de Abraham.
Mientras observamos la progresión de la fe de Abraham, me ha sorprendido el amor de este hombre por Dios y su fe en el Señor. No es de extrañar que Pablo use a Abraham como el ejemplo supremo para probar que la salvación se logra por la fe y no por las obras de la ley. Estos últimos versículos del capítulo cuatro nos enseñan la verdad de que no podemos depender de guardar la Ley para salvarnos. No podemos depender de nuestras buenas obras para salvarnos. No podemos depender de la circuncisión salvar nuestras almas. El punto de Pablo aquí, como lo ha sido a lo largo de este capítulo, es que la salvación es posible por la fe. En un esfuerzo por enseñarnos cómo funciona la fe, Pablo recordará uno de los milagros más grandes de toda la Biblia. Me refiero al nacimiento de Isaac. ¿Qué hace que su nacimiento sea tan especial? Bueno, su padre tenía casi 100 años y su madre 90 cuando nació. El Libro de los Récords de Guinness, nos dice que la madre de mayor edad registrada es Ruth Alice Kistler, quien dio a luz una niña a la edad de 57 años. También existe un informe de una mujer llamada Ellen Ellis, de la que se dijo que, en 1776, ella tenía 72 años cuando nación su hijo. Sin embargo, en comparación con Sara, la esposa de Abraham, estas mujeres parecen adolescentes. A lo largo de este capítulo, Pablo ha estado apelando a la fe de Abraham para probar su punto de que los hombres son salvos por la fe. Ahora, nos va a decir qué tipo de fe tenía Abraham. Era una fe en la promesa del nacimiento de Isaac. Era simplemente fe en lo que Dios decía. ¡Todo se redujo a la fe en Dios que trajo la salvación a Abraham! Hay lecciones que podemos aprender de esta historia acerca de Abraham. Por lo tanto, mientras terminamos este cuarto capítulo de Romanos, dediquemos un tiempo a hablar la fe de Abraham.