Todo este capítulo es un ruego para que los creyentes vivan vidas que agraden al Señor. Los versículos 1 y 2 tratan de tener en consideración al creyente. Debemos considerar nuestra propia vida y llevarla a donde realmente necesita estar. Los versículos 3-8 tratan de pensar en el cuerpo. Tienen que ver con nuestro lugar, en todo el cuerpo de Cristo. Son un desafío para que cumplamos el papel que Dios nos ha asignado de ser aquello para lo que el Señor nos ha salvado. Los versículos 9-21 continúan el tema que Pablo aborda en este capítulo. Ahora va a hablar un momento sobre considerar a los hermanos. Estos versículos están llenos de desafíos para que los hijos de Dios vivan juntos, ante el Señor y el mundo, como una familia que honra a Dios. Estos versículos, si se les presta atención y se practican, revolucionarán la vida de todo cristiano. Hay tres pensamientos básicos a la vista cuando consideramos a nuestros hermanos.