El Califato abasí tuvo un largo declive, si bien al inicio fue un gran imperio, en la segunda parte el califa se convirtió en una figura simbólica títere de los pueblos turcos. Los califas siempre vivieron bajo el signo de rebeliones internas y conspiraciones que hicieron todos los gobiernos tumultuosos. Si bien en todo ese tiempo la ciencia, el arte y la cultura no dejaron de brillar en la capital, Bagdad.