Una de las tormentas de verano en el terreno informativo son los brotes infecciosos. Solían ser por intoxicaciones alimentarias o bacterias como la Legionella y desaparecían tan pronto como habían llegado. Sin embargo, este 2024 ha sido diferente.
Los protagonistas de los últimos meses estivales han sido los virus emergentes, patógenos que hasta hace no mucho estaban confinados de forma exclusiva a entornos más o menos tropicales. Durante julio y agosto han saltado a la actualidad informativa varios de ellos. La muerte de un hombre por fiebre de Crimea-Congo en Castilla-La Mancha, la de cinco personas por el virus del Nilo en Andalucía y la declaración de emergencia internacional por la mpox se han sucedido en poco más de un mes.
Por ello, en este capítulo de Oído Clínico, hablamos de por qué estamos teniendo brotes de virus que hasta hace no mucho nos eran totalmente desconocidos.
Los protagonistas de los últimos meses estivales han sido los virus emergentes, patógenos que hasta hace no mucho estaban confinados de forma exclusiva a entornos más o menos tropicales. Durante julio y agosto han saltado a la actualidad informativa varios de ellos. La muerte de un hombre por fiebre de Crimea-Congo en Castilla-La Mancha, la de cinco personas por el virus del Nilo en Andalucía y la declaración de emergencia internacional por la mpox se han sucedido en poco más de un mes.
Por ello, en este capítulo de Oído Clínico, hablamos de por qué estamos teniendo brotes de virus que hasta hace no mucho nos eran totalmente desconocidos.
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