Vaya, vaya, vaya, vaya. Quién nos lo iba a decir… Resulta que las elecciones menos carismáticas y emocionantes del universo, las de la Unión Europea, nos han dejado estos días un buen puñado de temarracos sobre los que divagar. Por una parte, tenemos el descalabro de Sumar y la posterior renuncia de Yolanda Díaz como líder de la formación. Sus catastróficos resultados también abren unos cuantos escenarios del mal rollo en la izquierda: Izquierda Unida se queda sin representación, en Compromís la cosa no está muy jacarandosa… En resumen, todos se odian a muerte. En el extremo opuesto del espectro político, sin embargo, no paran de echarse confetis unos a otros. Sobre todo entre los fans de Se Acabó la Fiesta, la plataforma ultra encabezada por Luis 'Alvise' Pérez Fernández que tiene un montonazo de propuestas completamente realistas y para nada basadas en el odio y la frustración social.
¡Ah! Y nos dicen por el pinganillo que ya ha llegado el enterrador a la sede de Ciudadanos para darle al partido santa sepultura de una vez por todas. Tras los resultados de estos comicios, desaparecen de las instituciones, pero jamás lo harán de nuestros corazones. Se llevan el juego del programa y un aplauso de toda esta gente. Si nos salimos de las coordenadas estatales y nos lanzamos al viejo continente tenemos un simpatiquísimo y para nada aterrador ascenso de la ultraderecha en países con una historia CERO CONECTADA con el fascismo, como Alemania, Francia o Italia. Y, en general, un auge del conservadurismo es la mayoría de Europa. Habéis vuelto a hacer llorar a Stefan Zweig, estaréis contentos.
En nuestra recomendación cultural de esta semana, ¡sobrevivir después de quedarte sin casa y sin trabajo! Os proponemos leer la novela Ocàs i fascinació, de Eva Baltasar (Club Editor).
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