"Como usted sabe, recibo telegramas de las embajadas todos los días. Y había una constante: '¿Qué va a pasar?'. Y la segunda pregunta: '¿Por qué no sois capaces de entenderos aquellos países que tenéis la misma idea de España?'". Cuenta el ministro de Exteriores que no hay día sin telegrama, sin que le expliquen la situación de otros países o le pregunten por la situación de España, que nunca había alargado tanto su interinidad política.