Hace unos meses, el papa Francisco designó a Simona Brambilla como secretaria del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Sustituía al arzobispo José Rodríguez Carballo, quien fue designado como coadjutor de la diócesis de Mérida-Badajoz. La misionera de la consolata hereda la responsabilidad de estar a cargo de todos los religiosos y religiosas del planeta, cuya situación actual está marcada por la crisis de vocaciones que disminuye sus números por la falta de relevo generacional. En ese contexto, se perfila en el horizonte una revisión para aprender a habitar las noches del mundo y las noches del corazón humano.