Cerca de Antequera existe un monumento que rivaliza con las construcciones megalíticas más emblemáticas del mundo: el Dolmen de Menga. Mientras que las piedras más grandes utilizadas en la Gran Pirámide de Egipto alcanzan las 70 toneladas, y las de Stonehenge llegan a 40 toneladas, los pobladores neolíticos del sur de la península ibérica, mil años antes, colocaron una enorme losa de 150 toneladas que forma el techo de la cámara principal del Dolmen de Menga. ¿Os podéis imaginar el volumen de conocimiento y la capacidad técnica de las personas que diseñaron, esculpieron, transportaron y colocaron semejante roca hace entre 5800 y 5600 años? Un artículo publicado en Science Advances, cuyo primer autor es José Antonio Lozano Rodríguez, nuestro invitado en Hablando con Científicos, propone una interpretación completamente innovadora de cómo se construyó este monumento colosal.