Un vidrio es un sólido no cristalino que presenta el fenómeno de transición vítrea. Es decir, mientras que los cristales son sólidos con una estructura atómica regular que da lugar a formas definidas y simétricas, el vidrio presenta una estructura no ordenada, en la que los átomos y moléculas se disponen con un orden de corto alcance.
Esto confiere a los vidrios una serie de características propias: la transparencia, la moldeabilidad y versatilidad, la posibilidad de actuar como disolvente, la homogeneidad o la isotropía –propiedades idénticas en todas las direcciones–. Gracias a estas características, el vidrio, aunque frágil, presenta una excelente durabilidad y resistencia química, mecánica –es duro– y térmica. Además, es totalmente reciclable, hermético y muchas de sus propiedades se pueden ajustar. Es el caso de su comportamiento eléctrico, ya que puede actuar como aislante o como semiconductor.
Todo ello favorece que el vidrio esté presente en la vida cotidiana a través de múltiples aplicaciones. Esta exposición se centra en el vidrio hueco, denominación por la que se conoce a los objetos de vidrio que se fabrican para contener diferentes productos, es decir, envases.
Algunos usos del vidrio
● Envases alimentarios
● Acristalamientos
● Paneles
● Fibra de refuerzo
● Biomateriales
● Frascos farmacéuticos
● Fibra óptica