El camino hasta la autoaceptación definitiva de una persona gay se alarga en el tiempo por las pequeñas heridas que se mantienen sin que seamos conscientes. Víctor y Jaime comparten sus experiencias en el presente con la plumofobia y debaten sobre la expresión de la identidad, la masculinidad y la feminidad, la vejación del colectivo a través del humor, sexualidad y jerarquía, la necesidad de contar con espacios seguros de ocio y trabajo, la relación con otros chicos heteronormativos, y también la importancia de recuperar a referentes abanderados de su pluma y su persona, como el pintor José Pérez Ocaña, que nos anteceden en esta lucha colectiva. No podemos permitirnos nunca más vivir en el silencio de lo prohibido.